viernes, 4 de octubre de 2024

Sirvamos de vínculo entre la misericordia divina y la necesidad humana

 


Sirvamos de vínculo entre la misericordia divina y la necesidad humana

“Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado. El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho. Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”. Ezequiel 22:28-30

“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12:21

Estamos viviendo tiempos donde el mal ha aumentado en este mundo, recordemos que esto lo profetizó el Señor Jesús en Mateo 24:12: “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”; independientemente de que se esté cumpliendo esta profecía, el Señor nos anima a orar y permanecer en sus caminos y a vencer el mal haciendo el bien.

La confrontación nunca es fácil, pero a veces es necesaria; a Ezequiel se le dice que enfrente el mal, en Ezequiel 22:2 dice: “Tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?”. Fue llamado a predicar y a profetizar, pero no era una tarea sencilla, su mensaje era difícil, era contracultural, pero él no se dio por vencido e hizo lo que Dios le pidió. El pueblo de Israel se había olvidado de Dios, reinaba la injusticia social, la violencia y la corrupción aun en los líderes y sacerdotes.

Igual que con el pueblo de Israel nosotros vivimos en un mundo que se ha olvidado de Dios y el mal se ha extendido por todas partes. Sin embargo, paradójicamente la Palabra de Dios nos muestra cuánto cuida Dios de nosotros, Él se preocupa por la injusticia humana, el sufrimiento y está tan enojado con aquellos que oprimen a los demás; por eso, está buscando hombres y mujeres que se paren en la brecha delante de Él e intercedan en favor de la tierra; el intercesor tiene una doble responsabilidad: no sólo hace “vallado”, lo cual sugiere que no solamente restaura la brecha causada por el enemigo, sino que se “pone” en la brecha, es decir, detiene su avance.

Nuestra preocupación no es solo oponernos a la injusticia sino también traer a la gente a Dios, porque ante el arrepentimiento Él actuará en gracia y dará segundas oportunidades para salvar la humanidad. Recordemos Romanos 5:20 que dice: “Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”.

No nos dejemos aplastar por el mal, venzamos con el bien y que el Señor nos capacite por su Espíritu de manera que sea ese su sentir y actuar. El vallado protector alrededor de las familias, las iglesias y las naciones, está en una desastrosa condición, por eso Dios busca todavía intercesores que puedan vigilar “en la brecha” y ayudar a repararla mediante la oración. Unamos esfuerzos para resistir el mal, buscando la reconstrucción espiritual de esta humanidad.  Oración.

«Amado Padre celestial, hoy entiendo que las brechas o grietas deben ser reparadas con oración, ante toda la ruina física y espiritual de nuestro mundo que está yendo a la perdición; quiero ser parte de esos fieles que se paran en la brecha entre Tú y esta humanidad para interceder por la salvación de sus almas. Sé que es la guerra de la fe contra toda fortaleza que se ha levantado en contra de tu poderoso Nombre, y que buscas quién interceda a favor de la tierra, para que, abundando el pecado, sobreabunde tu gracia y muchos sean alcanzados, amén.

miércoles, 2 de octubre de 2024

Corran para ganar

 


Corran para ganar

“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”. 1 Corintios 9:24-25

La vida cristiana se compara con una maratón, no es una carrera contra nuestros vecinos, amigos, compañeros de trabajo, familia, hermanos en la fe, sino más bien, una carrera contra nosotros mismos y contra el enemigo de los cristianos.

Pablo que vivía en un mundo de cultura greco – romana, donde nacieron las primeras olimpiadas, usa esta figura del atletismo para ilustrar una verdad espiritual; y es que los hijos de Dios, debemos correr la carrera que Él ha preparado para nuestras vidas de manera que la ganemos.

Nos dice que en este mundo todos corren en una carrera, pero solo una persona se lleva el premio, mientras que nosotros debemos correr para ganar; hace el paralelo con los atletas que entrenan con disciplina y lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno.

Nuestra motivación para entrenar en la carrera de la fe en nuestra vida cristiana, debe ser correr para ganar ese premio eterno. Sabiendo cual es la meta final y conociendo el propósito específico que Dios tiene para nosotros, podemos cruzar la meta; por eso, debemos buscar su dirección y la encontramos en su Palabra. Allí nos mostrará lo que Él quiere que hagamos con la totalidad de nuestra vida.

Jesús es la meta final. Él nos creó a propósito y con un propósito. Nuestro éxito depende de que hagamos la voluntad de Dios para correr y terminar bien la carrera de nuestra vida y cruzar la meta a la eternidad.

También tenemos una gran batalla espiritual, por eso debemos prepararnos para vencer. Pablo nos insta a entrenarnos para ganar: “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire” 1 Corintios 9:26. No debemos pelear como quien da golpes al aire, tenemos que aterrizar, nuestra lucha no es contra carne y sangre sino contra Satanás y sus demonios. Debemos pelear legítimamente, con oración, ayuno y conocimiento de la Palabra, para no perder (2 Timoteo 2:5). Recordemos que las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas (2 Corintios 10:4).   Oración.

«Amado Dios y Padre Santo todas nuestras coronas caerán a tus pies, junto con mis hermanos en la fe, quiero decirte que esta iglesia no se va a rendir, no va a negar la fe, no va a negociar sus principios ante la apostasía de este mundo, porque tú triunfaste victorioso en la cruz y por eso somos más que vencedores, nuestra meta eres tú y correremos la carrera de la fe para obtener el premio eterno. Amén.

martes, 1 de octubre de 2024

Aprende a perseverar

 


Aprende a perseverar

“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Hebreos 10: 23-25

Millones de creyentes del mundo siguen siendo perseguidos por su fe, el autor de Hebreos dirige su carta a todos aquellos cristianos que están sufriendo por causa del evangelio y uno de los propósitos principales de este libro es alentarnos a perseverar. Para ello debemos tener certeza de nuestra fe y un corazón que demuestre plena confianza y devoción. Recordemos que la sangre de Jesús fue derramada para un nuevo pacto que se aplica a nosotros y nos lleva a limpiar nuestras conciencias de pecado cuando creemos en lo que Él hizo por nosotros en la cruz y a poner nuestra confianza en Él (Hebreos 10: 19-22).

Este es un llamado a perseverar por lo que Cristo hizo y hace por nosotros. Tenemos una nueva libertad y confianza porque somos bienvenidos a su Presencia por medio de su sacrificio. Nos tenemos los unos a los otros para ayudarnos mutuamente, por eso dice: “mantengamos firme la esperanza que profesamos”; debemos congregarnos y preocuparnos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y las buenas acciones. Tenemos la responsabilidad de ministrarnos los unos a los otros en amor.

Es una advertencia para la apostasía de estos últimos tiempos, que ya estamos viviendo, cuando como iglesia permanecemos unidos, podemos perseverar en nuestra fe, pues vendrá el juicio sobre aquellos que pisotean al Hijo de Dios y desprecian su sangre. Hay personas que han recibido el conocimiento de la verdad y luego dan la espalda a esa verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado. No hay un camino alternativo para el perdón y la aceptación de Dios fuera de la muerte de su Hijo (Hebreos 10:26-30).

Permanecer fieles tiene su recompensa, por eso, seamos pacientes, persistentes en hacer la voluntad de Dios, entonces recibiremos todo lo que el Señor nos ha prometido (Hebreos 10:36). La urgencia de permanecer juntos es subrayada por la proximidad del retorno de Cristo, “y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.   Oración.

«Amado Señor, ayúdame a permanecer firme en tus caminos, que nada en este mundo me aparte de ti, enséñame a confiar, a tener la seguridad de que estas siempre a mi lado, a alejarme del pecado y a ser fiel a ti aun en los momentos más difíciles. Quiero animar a otros a continuar, a estimularnos al amor y a las buenas acciones; y a estar juntos como hermanos manteniendo vivo el fuego del Espíritu Santo hasta que tú vuelvas, amén.