jueves, 11 de julio de 2019

NUESTRA VALÍA ESTÁ EN DIOS


NUESTRA VALÍA ESTÁ EN DIOS
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida”, Isaías 43:4
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, Jeremías 9:23-24
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”, 1 Pedro 2:9
La gente tiende a admirar a los demás por su belleza, sabiduría, poder, riqueza y fuerza, pero todo esto es tan efímero. La gente nos acompaña cuando nos ve exitosos según los parámetros del mundo, pero se hace a un lado cuando vivimos bajo los valores espirituales que no se fundamentan en cosas terrenales y mundanas.
Pero la buena noticia es que Dios nos estima porque nos amó desde el principio sin importar lo que somos y lo que tenemos, nos acepta tal cual somos con virtudes y defectos. Nuestra valía se encuentra en Él. Pues nos ha dado capacidades únicas para enfrentar la vida y para servirle. Esto es importante especialmente para aquellos que se valoran por lo que los demás piensan de ellos y tienen poco aprecio por sí mismos. Todos estamos propensos a sentirnos así cuando nos falta algo o alguien, pero podemos estar perdiendo el enfoque para el cual fuimos creados por Dios, cuando vivimos en un estado permanente de insatisfacción, cuando nos sentimos evaluados por otros constantemente, cuando nos sentimos indecisos por temor a equivocarnos y nuestros pensamientos son negativos sobre nosotros, nuestro futuro, nuestras capacidades.
Mostramos una baja autoestima, nos exigimos demasiado y podemos caer en el perfeccionismo tratando de agradar a otros. Basta ya de esto, recordemos que somos hijos de Dios, comprados con un precio muy alto, la sangre de Cristo. Somos preciosos a sus ojos y Él se complace con nosotros por nuestra fe. Somos tan importantes para Él, que nos escogió desde los confines de la tierra, nos llamó por nuestro nombre y se dispuso a morir por cada uno de nosotros para librarnos de toda esclavitud y hacernos reyes y sacerdotes para su gloria.
El único orgullo que debemos manifestar es de conocer y entender quién es nuestro Dios. Lo demás es vanidad cuando nos medimos con los demás. Vivamos de tal manera que reflejemos su carácter justo y misericordioso.  Oración.
"Gracias amado Dios, por amarme de tal manera que diste hombres y naciones por mi vida, porque me miras con amor y misericordia y me tienes en gran estima. Enséñame a valorarme como tú lo haces y a entender que mi valía no viene de los parámetros sociales que impone el mundo, sino por el hecho de conocerte y ser tu hijo; derecho dado por medio de la Sangre de Cristo cuando creí. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 10 de julio de 2019

OBSTÁCULOS PARA CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS


OBSTÁCULOS PARA CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS
“Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?”, Éxodo 3:7-11
A veces nos olvidamos que fuimos escogidos para estar incluidos dentro de los planes de Dios, y como Moisés podemos estar poniendo objeciones: ¿Quién soy yo para ir al Faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel? o ¿Voy a los israelitas y les digo el Dios de mis padres me ha enviado y me dirán cuál es su nombre, que responderé? ¿Y si no me creen, ni escuchan mi voz? La duda, la incredulidad y el temor son obstáculos para cumplir con la voluntad de Dios.
Moisés sabía que la aparición del Señor en la zarza fue real, pero le preocupaba que otros no le creyeran, además dudaba de la capacidad en sí mismo para llevar a cabo esa misión. Y esto es cierto cuando dependemos de nosotros, de nuestras habilidades y fuerzas. Pero todo es posible cuando dependemos del poder de Dios.
Dios siempre tiene una respuesta para todo y fue así con Moisés, le aseguró que estaría con él, le dio las palabras para responder a las inquietudes del pueblo, lo instruyó exactamente sobre lo que tenía que decir y hacer. Dios está por encima de nuestras flaquezas y ha prometido fortalecernos y habilitarnos para cumplir nuestra misión en la tierra por difícil que sea.
Dios no juzgó ni condenó a Moisés por sus dudas, le mostró todo su poder para que frente al desafío sólo viera su esplendor y le entregó una vara para que hiciera señales poderosas en su nombre. Ahora nos ha dado el poder de su Espíritu con el que estamos capacitados para hacer todo lo que el Señor quiera. Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
El problema no es de Dios, es de nosotros porque sentimos temor y no nos apropiamos de todo el potencial divino que Dios nos ha dado a través de su Santo Espíritu. Dios respalda el mensaje del evangelio con señales y estas no pueden ser limitadas al tiempo de los apóstoles, siempre confirmará el ministerio de los embajadores de Cristo en esta generación, por eso no cesarán los milagros y prodigios cuando oramos con poder hasta su regreso. No dudemos ni temamos, Jesús está con nosotros hasta el fin del mundo.  Oración.
"Señor, te amo y quiero conocer tus propósitos para mi vida, pero a veces la duda y el temor me impiden descubrir y cumplir tu voluntad. No quiero que esto sea una barrera para servirte. Hazme consciente de todo el poder sobrenatural que hay en mí a través de tu Santo Espíritu y permíteme permanecer en tu presencia para llenarme de tu fuerza y poder, y hacer así tu voluntad. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 9 de julio de 2019

DIOS NUESTRA INVISIBLE FUERZA


DIOS NUESTRA INVISIBLE FUERZA
“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”, Jeremías 17:5-8
Cuando ponemos la confianza en otros seres humanos la Palabra de Dios nos dice que somos como pasto en el desierto o como un árbol desnudo que ha crecido en un suelo estéril e inútil. Esto también es para aquellos que confían en sí mismos y piensan que pueden arreglárselas solos sin tener en cuenta a Dios para nada en sus vidas. En tiempos de crisis serán débiles espiritualmente y no tendrán a quién recurrir para hallar fuerzas. La falsa confianza no puede dar lugar a la buena semilla, porque su fundamento es débil, su seguridad descansa en cosas materiales y en personas inciertas e inestables.
Mientras que el que deposita su confianza en Dios es comparado con un árbol plantado junto a las aguas, siempre verde y florecido, cuyo follaje no se marchita y siempre da fruto, sus raíces están bien arraigadas. Los que hacen de Dios su esperanza tienen suficiente en Él para vivir cualquier situación de la vida y en momentos de sequía no estarán ansiosos, ni cesarán de producir frutos de santidad y buenas obras. Sus vidas no dependen de las circunstancias sino de Dios. Cuando confiamos en el Señor tendremos abundante fortaleza para no ser abrumados por las pruebas sino para soportar la aflicción y así ayudar también a otros.
Romanos 8:14 dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. En momentos de prueba es nuestro ayudador, es la fuente para renovar nuestras fuerzas, para levantarnos nuevamente, por eso lo único que debemos hacer es venir y entrar en su Presencia. Si estamos anclados en Jesús, renacerá nuestra fe, será más fácil el trayecto por esta vida y nos dará sus fuerzas para vencer.
Si tienes confianza en el Señor no te hundirás en el cansancio, sino que volverás a levantarte y a continuar tu carrera con nuevas fuerzas.  Oración.
"Amado Dios, gracias por ser mi refugio, no estoy exento de pasar por las pruebas de esta vida, ayúdame a poner mi confianza sólo en ti y no permitir que las malas situaciones me desalienten porque tú eres mi invisible fuerza, estoy arraigado en ti para no caer. No tengo nada que temer si estoy contigo, lléname de vida abundante para seguir llevando siempre fruto. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 8 de julio de 2019

TU NOMBRE ESTÁ ESCRITO EN EL CIELO


TU NOMBRE ESTÁ ESCRITO EN EL CIELO
“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”, Apocalipsis 21:27
“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”, Lucas 10:20
¿Alguna vez nos hemos imaginado ser perdonados de la muerte eterna por estar en la lista del libro de la vida? Esta lista no se refiere a personas importantes, o estudiantes de una universidad, o a los miembros de una organización, o de alguna iglesia. Esa lista contiene los nombres de todos aquellos que entrarán al reino de los cielos por haber creído en Jesucristo, quien como el Cordero quitó el pecado del mundo, y con su sangre preciosa nos salvó y nos dio vida eterna.
No es un libro que registra las buenas obras, o una lista de personas que siempre hicieron lo correcto, se llama el “Libro del Cordero” porque todo el mérito es dado a Jesucristo por haber dado su vida por la humanidad sin que ésta lo mereciera y la única razón para esto fue su amor. Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Ninguno puede escribir su propio nombre en el libro del Cordero y no será escrito por nuestro buen comportamiento, actitudes e intenciones, es escrito por el Señor cuando creemos y aceptamos lo que Él hizo por nosotros, pagando un precio en la cruz por nuestra redención. Él nos salvó de la perdición eterna por su gracia y su amor. No hay que ganar la vida eterna, sino recibirla por la fe en Cristo Jesús.
El Señor Jesucristo se ofreció a sí mismo una vez y para siempre a fin de quitar los pecados de muchas personas y vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados sino a llamar a lista a todos los que hemos creído y esperado con anhelo su segunda venida, para llevarnos a su reino y disfrutar eternamente de su presencia.
Qué hermoso será oír nuestro nombre en la boca del Rey de reyes y Señor de señores ese día. Debemos gozarnos de que nuestros nombres estén escritos en los cielos. Animémonos a vivir en integridad y gratitud con Cristo. Démosle la gloria, la honra, el poder y todo el honor al Cordero de Dios. Oración.
"Gracias Jesús por el regalo maravilloso de la vida eterna, que he ganado sólo por creer en ti y aceptar la obra que hiciste por mí en la cruz. Tanto me amaste sin medida, que entregaste toda tu sangre para liberarme del pecado y la condenación eterna. Gracias Cordero de Dios, porque has escrito mi nombre en el libro de la vida y tengo la certeza de que estaré disfrutando de tu presencia en el cielo por la eternidad. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 14 de mayo de 2019

EL CRISTIANO VIVE POR FE


EL CRISTIANO VIVE POR FE, NO POR VISTA.  Hebreos 11:29-30
Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor.
Cuando el pueblo de Israel llega al mar Rojo, su situación es sumamente difícil. Frente a ellos está el mar. Detrás de ellos viene faraón con su ejército listos para asesinarlos y regresarlos a la esclavitud. En otras palabras, estaban contra la espada y la pared. No podían hacer nada. Ya no había camino para seguir y el ejército los alcanzaría pronto. ¿Qué hicieron los israelitas? ¿Confiar en Dios? ¿Recordar los milagros que habían presenciado antes de la salida? No. Reclamaron a Moisés. Incluso decían que hubieran preferido morir bajo la esclavitud en Egipto que libres en el desierto. Una verdadera tristeza. No había pasado mucho tiempo y ya se habían olvidado de las grandes manifestaciones del Señor.
En la historia de Jericó encontramos algo similar. Jehová les anuncia que es tiempo de entrar en la tierra prometida, sin embargo, tienen frente a ellos una de las mejores ciudades amuralladas que jamás haya existido. ¿Cómo lo van a lograr? Tiene Jericó un ejército que los supera. Recuerda que venían de estar en el desierto por cuarenta años. Obviamente no esperaban que la tierra prometida estuviera ocupada. Imagino que estaban esperando llegar y entrar. Sin embargo, hay una gran muralla protegida por un fuerte ejército que los separa entre su destino y ellos. Nuevamente vemos una situación de estar frente a la espada y la pared.
Sin embargo, el pasaje nos dice que el pueblo cruzó el Mar Rojo por tierra seca y que las murallas de Jericó cayeron. Por fe nos dice la biblia. ¿Fe? ¿No se quejaron cuando llegaron a estos momentos críticos? ¡Por supuesto que se quejaron! Pero Moisés y Josué tuvieron fe y se mantuvieron firmes para guiarlos por el camino de Dios. Es normal tener miedo y dar el paso de fe. Es normal cuestionarnos cómo pueden mejorar las cosas cuando estamos frente a la espada y la pared. Lo que no está bien es quedarnos ahí quejándonos y buscando soluciones por nuestra cuenta. Tu deber, si realmente quieres agradar a Dios y crecer espiritualmente, es tener fe y dejar que Él tome el control por completo y sea Él quien divida el mar y derrumbe las murallas para que puedas cruzar sin ningún problema. ¿Lo puedes entender? Moisés y Josué no hicieron ningún trabajo militar ni planearon una estrategia única. ¡Simplemente obedecieron la voz de Dios! Me encantan las palabras de Moisés en Éxodo 14:14 que dicen: Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. ¿Sabes qué es la fe puesta en acción? Dejar que Dios pelee las batallas por ti. Es confiar en Él y no en ti. Es caminar detrás de Él y dar cada vuelta en donde Él de vuelta para no separarte ni un momento sin importar que haya murallas o mares que cruzar pues sabes que, de alguna forma u otra, Él se encargará de llevarte al destino final.
Oración
Padre: no quiero vivir quejándome y cuestionando lo que me pasa. Quiero cambiar y vivir por fe. Quiero entregarte mi vida y dejarte trabajar. Hoy quiero ver cómo abres los mares y derrumbas murallas en mi vida. Toma el control mi Dios. Te lo pido en el nombre de Jesucristo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 13 de mayo de 2019

PROSIGO A LA META


PROSIGO A LA META
"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús", Filipenses 3:13-14
El apóstol Pablo nos dice que, para vivir una vida con gozo, y que glorifique a Dios, hay que olvidar lo que quedó atrás. Aquí la palabra “olvidar” significa en el griego: “descuidar intencionalmente”. En otras palabras, Pablo nos dice que debemos de esforzarnos en olvidar acontecimientos de nuestro pasado, pues muchos nos quedamos viviendo en ellos y esto nos impide avanzar. El pasado de Pablo estaba repleto de cosas de las cuales él estaba avergonzado, causó mucho dolor con la persecución a muerte de los cristianos. Nos puede pasar a nosotros, es posible que llevemos por dentro mucho dolor; pero nos debe motivar la frase “prosigo a la meta, al premio”.
Pablo se comparó con un atleta corriendo por un premio, debió haber asistido a los juegos Olímpicos que se celebraban en Éfeso, pues allí vivió por 3 años, pero el premio no sería una recompensa terrenal sino el estar acepto en la presencia de Jesús, ese es el supremo llamamiento de Dios. Para Pablo, Cristo se había convertido en lo más importante, y algún día se presentaría ante El, y quería ser del agrado del Señor.
Hoy se anhela que Cristo venga, pero si entendiéramos lo que significa esa llegada, probablemente quisiéramos postergar un poco ese encuentro con Cristo. No podemos vivir una vida cristiana livianamente, como si no tuviéramos que responder ante el tribunal de Cristo.
Hermano, hay que situarnos en la pista de carreras y comenzar a vivir una vida santa, con la mirada puesta en Cristo. Recordemos la frase: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.  Oración.
"Señor Jesucristo, dejaré y olvidaré los hechos tormentosos de mi pasado, proseguiré a lo que está adelante, a la meta, al premio del supremo llamamiento. Me esforzaré y perseveraré, superaré los obstáculos de la vida, viviré en santidad y correré hacia el final pues contigo soy más que vencedor. Gracias Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 12 de mayo de 2019

ADORACIÓN EN ESPÍRITU Y EN VERDAD


ADORACIÓN EN ESPÍRITU Y EN VERDAD
"Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”, Juan 4:23-24
Nos podemos hacer esta pregunta ¿qué es una adoración agradable a Dios? El Señor Jesús se lo reveló a la mujer samaritana en la conversación que tuvieron junto al pozo de Jacob. La mujer discutía sobre los lugares de adoración con Jesús, diciendo que los judíos adoraban en Jerusalén, mientras que los samaritanos adoraban en el monte Gerizim.
Cuando Jesús le dice que él sabía acerca de sus muchos maridos, así como el hecho de que el hombre con el cual vivía no era su marido, ella se sintió descubierta, e intentó cambiar la conversación de su vida personal y pasar a temas religiosos. Jesús no cambiaría el tema, pues quería dejar en firme sobre la verdadera adoración.
De la conversación se concluye que la adoración al Padre en espíritu y en verdad no se limita a un lugar determinado geográficamente, ni debe ser regulada por las prácticas transitorias del antiguo testamento. Con la venida de Cristo, la separación entre judíos y gentiles ya no persiste, ni tampoco la adoración en el templo, pues todos los creyentes adquirieron igual acceso a Dios a través de Cristo. La adoración se cambió a un propósito del corazón, no de las acciones exteriores, y dirigida por la Verdad y no por un rito.
La verdadera adoración debe ser "en espíritu", es decir, que involucre todo el corazón. Debe existir una verdadera pasión por Dios, para que haya adoración en espíritu. Al mismo tiempo, la adoración debe ser "en verdad", es decir, debidamente fundamentada. Si no tenemos conocimiento del Dios que adoramos, no hay adoración en verdad. Ambas son necesarias para satisfacer y honrar a Dios en adoración. Entre más profunda sea nuestra adoración, mayormente será Dios glorificado.
Hermano, Dios está buscando corazones dispuestos a hacer su voluntad, apasionados por el estudio y lectura de la Biblia. Adorar a Dios en espíritu y en verdad implica necesariamente amarlo con todo el corazón, el alma, mente y todas las fuerzas. Oración.
"Señor Jesucristo, aquí estoy dispuesto ante ti, con sencillez de corazón para hacer tu voluntad y adorarte en espíritu y en verdad, pues mi alma se apasiona por ti y mi carne te anhela. Te amo Señor con todo mi corazón, mi alma, mi mente y mis fuerzas, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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Hveravellir_Islanda