domingo, 15 de octubre de 2023
sábado, 14 de octubre de 2023
¿Reconocen otros que hemos estado con Jesús?
¿Reconocen
otros que hemos estado con Jesús?
“Y
poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre,
habéis hecho vosotros esto? Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo:
Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga
acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido
sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que, en el
nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios
resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.
Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha
venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay
otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin
letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con
Jesús” Hechos 4:7-13
Un milagro
hecho por los apóstoles Pedro y Juan desató la controversia y persecución de la
iglesia; los primeros creyentes al ver a Cristo resucitado acrecentaron su fe,
de tal manera que proclamaban sin temor que la sanidad del cojo se había
realizado en el nombre y poder de Jesús, confirmando así su autoridad.
Tristemente
los primeros impedimentos contra la misión de la iglesia eran de origen
religioso interno, no de afuera. Los saduceos eran una minoría de la
aristocracia rica y de gran influencia, tanto en el templo judío como en el
gobierno; por eso les molestó mucho el milagro que se había dado, quizá, porque
esto les restaría prestigio y poder para mantener sus relaciones amistosas con
los romanos.
Eso seguirá
ocurriendo cada vez que el poder de Dios se manifieste en medio de nosotros;
así como en esa época, muchos hoy se levantan en contra de la resurrección de
Jesús, desconocen la autoridad que tiene su nombre. La palabra resurrección
sugería revolución y el establecimiento milagroso de un nuevo orden, por lo que
los saduceos concluyeron que dejar avanzar este movimiento cristiano sería un
caos, por lo cual pidieron el arresto de los discípulos del Señor.
Pero, por
muchos opositores que haya, nadie podrá quitar nuestra fe en Jesús resucitado y
reconocer su obra poderosa de transformación en nosotros, por haber creído en
su nombre. Eso fue lo que le sucedió a Pedro y Juan cuando en el Sanedrín sus
acusadores reconocían que ellos habían estado con Jesús, sabían que eran
hombres sin letras e indoctos que ahora predicaban con denuedo el evangelio.
Eso nos debe
recordar que la prueba más incontrovertible del cristianismo es la evidencia
innegable del carácter cristiano en nuestra vida, el cual hemos recibido por el
poder del Espíritu Santo. Nuestra vida es la Biblia que otros pueden leer, como
dice 2 Corintios 3:3 “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”. Así como los apóstoles,
no podemos dejar de hablar acerca de aquellas cosas que hemos visto y oído,
determinando así que somos fieles a nuestra experiencia personal.
No sé cuánto
tiempo llevemos de vida cristiana, pero lo que hará que otros vean a Jesús en
nosotros es cuán estrechamente nos hemos relacionado con el Hijo de Dios,
cuánto hemos asimilado sus palabras, su forma de mirar a las personas, de
sentir y de hablar, además de ser llenos del Espíritu Santo para ser sus
testigos.
Un discípulo
que ha estado con Jesús se destaca en su manera de hablar, porque lo hace con
autoridad, manifiesta convicciones firmes; nadie quebranta su fe, porque sabe
en quién ha creído. A la pregunta hecha en Hechos 4:7 “y poniéndoles en medio,
les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros
esto?”, ellos contestaron: “sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de
Israel, que, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros
crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está
en vuestra presencia sano” (Hechos 4:10).
No olvidemos
cuán poderoso es el nombre de Jesús, usémoslo entonces con sabiduría y
reverencia, como dice Filipenses 2:9-10 “Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra”. Oración.
«Amado
Jesús, quiero que todos te vean a través de mi vida; por eso, por amor a tu
nombre, estoy dispuesto a transmitir tu mensaje de que en ningún otro hay
salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos. Me has dado autoridad, una convicción firme y la
disposición para llevar el evangelio. Gracias por venir a salvar al mundo y por
transformar la vida de todos los que creen en tu nombre, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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Cuando no llega la respuesta
Cuando no llega la respuesta
“Jehová es
bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”
Nahum 1:7.
“Entonces me
dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a
entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras;
y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se
me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales
príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. Daniel
10:12-13
Nos hemos
preguntado muchas veces ¿por qué no llega la respuesta? pensamos que hemos
hecho todo lo que está a nuestro alcance: oramos, ayunamos, nos apropiamos de
las promesas que hay en la Palabra, sentimos que nuestra fe es suficiente para
mover esa circunstancia; pero pasa el tiempo y vemos que nada sucede, es como
si Dios no estuviera escuchando, nos sentimos ignorados, como si algo estuviera
pasando con nosotros.
No debemos
pensar así, no es que el Señor nos haya olvidado y que algo anda mal con
nosotros, sino que debemos entender que el tiempo de Dios nada tiene que ver
con el nuestro la mayoría de las veces; que Él siempre tiene el control de toda
situación y dará la repuesta en el momento preciso. En estos tiempos con tanta
tecnología nos hemos acostumbrado a la inmediatez, tenemos todo a pedir de
boca, los problemas quedan solucionados rápidamente con solo presionar un clip
en nuestro celular o computador y queremos que Dios actúe de la misma manera.
Quisiéramos marcar el teléfono de Dios que está en Jeremías 33:3 que dice:
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú
no conoces” y que su respuesta nos llegue como si estuviéramos oprimiendo un
botón, pero con Dios no es así.
No queremos
estar en angustia y desesperación y es por esto, que muchos se dejan arrastrar
por creencias de que simplemente tenemos que declarar lo positivo, diciendo:
“yo reclamo las promesas de Dios”, tratando de controlar las situaciones, como
si solo tuviéramos que decirle a Él: “está es nuestra voluntad, es lo que
queremos, hazlo” y no le preguntamos cuál es su voluntad para nosotros, 1 Juan
5:14.
Hay muchos
que se auto condenan porque no pueden producir una respuesta a una oración
desesperada. Tenemos que saber que la Palabra de Dios es verdadera, que Él es
fiel a sus promesas, que es bueno y perfecto, que sabe lo que hace y que quizás
nosotros flaqueamos en nuestra fe, cuando nos toca esperar en su tiempo; el
Señor sólo anhela que confiemos, a pesar de lo que estemos afrontando y que no
debemos olvidar lo que dice la canción: “aunque no pueda ver sé que estás
obrando”, por eso, solo confiemos y pidamos aceptar su voluntad.
Aprendamos
de Daniel que fue perseverante en la oración y que la respuesta a su petición
no llegó al momento, tuvo que esperar mientras se libraba una batalla
espiritual porque el enemigo estaba estorbando la respuesta, se estaba
oponiendo a los propósitos de Dios. Hermanos, nuestras oraciones tendrán
contestación de una manera u otra, la cuestión aquí es que no siempre coinciden
precisamente con la voluntad de Dios y no siempre nos gusta lo que Él nos contesta.
Debemos permitir que Dios cambie nuestros deseos y los alinee con su propósito
eterno, así entenderemos que el tiempo de Dios es perfecto para responder
nuestras peticiones y que siempre nos dará lo mejor. Oración.
«Gracias
Señor porque siempre me escuchas y porque oyes a todos los que confían en ti,
ayúdame a esperar el tiempo de la respuesta a mis oraciones, porque solo tú
sabes qué batallas se libran en el mundo espiritual para cumplir tu propósito
no solo en mi vida, sino en los que me rodean, enséñame a aceptar tú voluntad,
buena agradable y perfecta. En Cristo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 13 de octubre de 2023
Sembremos en justicia y en misericordia
Sembremos en justicia y en misericordia
“Israel es
una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la
abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de
su tierra aumentaron sus ídolos” Oseas 10:1
“Sembrad
para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para
vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os
enseñe justicia. Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto
de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes”.
Oseas 10:12-13
Oseas
comienza este capítulo con una metáfora donde dice que Israel era una vid
exuberante que daba fruto para sí mismo, pero no para Dios, estaba vacía por
causa de la idolatría. Esta nación tenía muchas bendiciones del Señor, pero no
entendía que eran producto de la gracia de Dios y pretendían conseguirlas por
actos religiosos, por hacer altares, erigir piedras, rituales y demás; esto
llevó a Israel a dividir su corazón, Oseas 10:2 “Está dividido su corazón.
Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus
ídolos”.
Es algo que
le puede pasar a muchos creyentes que tienen su corazón dividido entre el Señor
y el mundo. No podemos predicar una cosa y hacer otra, Dios quiere una fe
consistente. Al no definirnos totalmente por Cristo divagamos en nuestros
pensamientos y terminamos siguiendo la corriente de este mundo; recordemos lo
que Elías una vez le dijo al pueblo de Israel en 1 Reyes 18:21: “Y acercándose
Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos
pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el
pueblo no respondió palabra”.
Nuestras
acciones muestran si realmente tenemos temor de Dios. Por eso, así como a
través de Oseas el Señor le pidió a su pueblo sembrar en justicia y en
misericordia, nosotros debemos hacerlo, son actos que muestran nuestro
verdadero amor y lealtad al Señor y a nuestro prójimo. Si estamos obedeciendo
sus mandamientos, estos actos deben abrir surcos para una relación personal con
Dios y así poder recibir las ricas bendiciones de su salvación y su justicia.
Quienes plantan justicia cosecharán bondad, quienes plantan con lágrimas
cosecharán con gozo, Salmos 126:5.
Cuando
obramos rectamente segaremos recompensa como lo dice Proverbios 11:18 “El impío
hace obra falsa; Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme”.
Segad en
misericordia según la medida de la misericordia divina, la cual retribuye con
creces la bondad que nosotros mostramos para con otros. El Señor Jesucristo nos
enseñó en Lucas 6:38 “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y
rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os
volverán a medir”.
El versículo
de hoy nos dice: “arad barbecho”, es quitar todos nuestros vicios, supersticiones,
idolatrías y falsedades. Renovemos nuestra mente y busquemos al Señor hasta que
Él vuelva, si hacemos lo contrario y segamos iniquidad recibiremos el fruto de
ella, mentira y falsedad.
Por eso
sigamos el consejo que Pablo nos da en Gálatas 6:7-8 “No os engañéis; Dios no
puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”. Recibiremos lo que
damos, pensemos si estamos sembrando para cosechar lo que anhelamos: quieres
amor, siembra amor, quieres perdón siembra perdón, quieres paz siembra paz,
dejemos que el Espíritu Santo siembre su fruto en nosotros entonces segaremos
su plenitud. Oración.
«Amado Dios,
gracias por tu palabra, por entender que la vida futura da crecimiento a la
semilla sembrada aquí, solo segamos la vida eterna los que sembramos para el
Espíritu, los que obedecemos tus mandamientos y amamos la justicia y la
misericordia, gracias por las recompensas que recibimos aquí cuando hacemos el
bien, pero también gracias por la recompensa que tienes preparada para nosotros
en la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 12 de octubre de 2023
El evangelio, el más sublime mensaje
El
evangelio, el más sublime mensaje
“Secase la
hierba, marchitase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para
siempre. Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente
tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de
Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder,
y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante
de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los
corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién
paridas”. Isaías 40:9-11
En esta
porción de Isaías 40, el profeta pregona un mensaje de consolación para la
humanidad, por eso con gran vehemencia hace un llamado a la evangelización
mundial, el profeta proclama un recordatorio eterno de que la Palabra de Dios
permanece para siempre, y nos exhorta a que la divulguemos sin temor: “Súbete
sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz,
anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved
aquí al Dios vuestro!”
Por eso
levantemos fuertemente la voz, para acallar tantas voces que se oyen de
desánimo, de inconformidad, de confusión, con ideologías y pensamientos que
están llevando al mundo al desamor, al desconsuelo, a la injusticia, a la
violencia, a la depravación y a apartarse de su amoroso Creador. El único
mensaje vivificante y que puede traer esperanza es el de Jesucristo.
El mundo
necesita un fundamento sólido para edificar la vida, y urgentemente la
salvación de Dios que lo puede redimir; solo la iglesia, el pueblo de Dios,
tiene la Palabra y el privilegio de proclamar las buenas nuevas de Jesucristo.
Desechemos todo temor porque Dios se manifestará a sí mismo, como dice quién
proclama: ¡Ved aquí al Dios vuestro!
El gran amor
de Dios por nosotros, se manifiesta en esta palabra; como un Pastor que cuida
su rebaño, recoge los corderos en sus brazos, los lleva junto a su pecho, y
guía con cuidado a la recién paridas, Isaías 40:11. Nuestro magnifico y
poderoso Dios, es también un Dios tierno y delicado, es el Dios que nos ama
personalmente y nos lleva cerca de su corazón, es el Dios que permanece junto a
todos los que hemos creído en su mensaje de salvación; alimentar, apacentar y
pastorear, es la gran responsabilidad de nuestro Mesías, Miqueas 5:4 dice: “Y
él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová
su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de
la tierra”.
La tarea de
la predicación no solo hace énfasis en la consolación, Isaías 40:1, sino que
debe mostrar el acto de redención y liberación más grande que ha habido sobre
esta tierra, el sacrificio de Jesucristo en la cruz que trajo perdón de
pecados, liberación y vida eterna, Isaías 40:2. El evangelio es el más sublime
mensaje que debe salir de nuestros labios para traer consuelo y redención a
todos los que nos rodean. Oración.
«Amado
Señor, gracias por llamarme de las tinieblas a tu luz admirable para anunciar
las buenas nuevas de salvación, hazme valiente y osado para que nada impida
abrir mi boca y proclamar que tú eres el camino, la verdad y la vida; y que
solo en ti Jesús hay salvación y vida eterna. Ahora que está cerca tu regreso,
que pueda decirle a otros sin temor: ¡ved aquí a vuestro Dios!, en el nombre de
Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
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miércoles, 11 de octubre de 2023
Llevando una vida santa
Llevando una vida santa
En aquellos
días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y
le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo:
Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad
y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus
ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. Isaías 38:1-3
“He aquí,
amargura grande me sobrevino en la paz, más a ti agradó librar mi vida del hoyo
de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados”. Isaías
38:17
Qué gran
confesión la del rey Ezequías cuando reconoce que el amor de Dios lo guardó en
momentos difíciles, cuando enfermó de muerte y lo libró del rey de Asiria.
Expresó que el Señor le dio la espalda a sus pecados.
Cuando
Ezequías oró, Dios escuchó su oración, vio sus lágrimas y añadió quince años a
su vida y quitó la mano del rey de Asiria que estaba sobre él, como lo dice
Isaías 38:5-6: “Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He
oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince
años. Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta
ciudad ampararé”.
Igualmente,
Dios ha escuchado nuestro clamor y visto nuestras lágrimas en cada situación de
nuestra vida, nos ha perdonado y nos ha dado una nueva oportunidad, nos ha
librado por medio del Señor Jesucristo de la muerte y la condenación eterna;
debemos entonces reflexionar cómo estamos llevando nuestra vida, buscar las
cosas de arriba como dice Colosenses 3:1, para que todas nuestras acciones,
palabras y pensamientos estén enfocados en la eternidad, por eso:
1.Reconozcamos
que la vida es frágil. Isaías 38:10,12 “Yo dije: A la mitad de mis días iré a
las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años […] Mi morada ha sido
movida y traspasada de mí, como tienda de pastor. Como tejedor corté mi vida;
me cortará con la enfermedad; me consumirás entre el día y la noche”.
2.Reconozcamos
que hay que vivir cada día hasta lo máximo, glorificando al Dios viviente.
Isaías 38:19 “El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el
padre hará notoria tu verdad a los hijos”.
3.Reconozcamos
que debemos regocijarnos con la vida, el Señor quiere nuestra alabanza y no una
queja continua. Isaías 38:20 “Jehová me salvará; por tanto, cantaremos nuestros
cánticos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida”.
4.Reconozcamos
que durante la vida hay que prepararnos para la eternidad. Isaías 38:11,17-18
“Dije: No veré a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes; ya no veré más
hombre con los moradores del mundo […] He aquí, amargura grande me sobrevino en
la paz, más a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste
tras tus espaldas todos mis pecados. Porque el Seol no te exaltará, ni te
alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad”.
Si nuestro
enfoque es eterno entonces debemos prepararnos para nuestro encuentro con el Señor,
1 Tesalonicenses 5:23. Hoy más que nunca el Señor nos recuerda cómo debemos
vivir, en Efesios 5:15-18 se nos dice: “Mirad, pues, con diligencia cómo
andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque
los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea
la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución;
antes bien sed llenos del Espíritu”. El cristiano debe ser muy cuidadoso y
sensato en cuanto a su comportamiento. La vida santa requiere inteligencia,
responsabilidad, prudencia y sensibilidad, pidamos al Señor ser llenos del
Espíritu Santo para poder lograrlo. Oración.
«Amado
Señor, enséñame a vivir como un verdadero hijo de Dios, entendiendo que la vida
es corta, y los días malos, hay suficiente evidencia que la corrupción, la
inmoralidad y la criminalidad abundan en este mundo. Ayúdame a vivir sabiamente
de una manera sana y santa, haciendo el bien, glorificando tu nombre, obrando
lo justo y recto delante de tus ojos. En el nombre de Jesús, Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 10 de octubre de 2023
Predica en este tiempo de oscuridad
Predica en este tiempo de oscuridad
“Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. 2 Timoteo 2:15
“Que
prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”. 2 Timoteo 4:2
Pablo
escribió esta epístola alrededor del año 67 d.C. Había sido arrestado
anteriormente en Jerusalén, había sido llevado a Roma y pasó tres años en la
cárcel, yendo a juicios con diferentes gobernadores romanos. Más adelante fue
liberado de la prisión entre los años 64 al 67 d.C. Fue durante ese tiempo que
escribió la primera epístola a su discípulo Timoteo y a Tito desde Macedonia.
En el año 67 Pablo fue detenido nuevamente. Fue decapitado en Roma en el año 68
d.C. y antes de su muerte escribió la segunda epístola a Timoteo.
Los dos
versículos que resumen el tema y establecen el tono de esta segunda carta son
los que vemos en la lectura de hoy y enfatizan la lealtad a Dios y a su
Palabra, lealtad en medio del sufrimiento, lealtad en el servicio, lealtad en
medio de la apostasía, reconociendo que Dios es fiel siempre, con aquellos que
no lo abandonan y son fieles a Él. Pablo lo expresó de esta manera en 2 Timoteo
4:17-18 “Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí
fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado
de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará
para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
Las palabras
que una persona pronuncia antes de su muerte son de vital importancia, esto es
lo que le otorga gran significado a esta epístola, porque es el mensaje final
del apóstol Pablo y aunque se nota un deje de tristeza también expresa su
triunfo en 2 Timoteo 4:7 “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera,
he guardado la fe”, este es su epitafio, pues fue la última carta que escribió.
En esta
epístola Pablo presagiaba un tiempo oscuro, la apostasía que vendría sobre el
mundo y la iglesia. Y es lo que estamos viendo en este momento, un abandono
total de los principios de Dios. Hoy más que nunca reina la herejía y lo más
triste aun, muchos que conocieron las verdades del evangelio ahora lo repudian,
esta época en que estamos viviendo casi hará desaparecer la fe en la tierra,
como lo expresó Jesús en Lucas 18:8b “Pero cuando venga el Hijo del Hombre,
¿hallará fe en la tierra?” lamentablemente no.
Nos
encontramos ahora en medio de la apostasía, que encaja detalladamente con las
palabras del apóstol en esta carta. Por eso ahora más que nunca la iglesia debe
ser más visible de lo que es y seguir el consejo que Pablo le dio a su
discípulo Timoteo, usar bien la palabra de verdad y predicar a tiempo y fuera
de tiempo, para que muchos lleguen a Cristo. Sabemos que no habrá una
conversión total de la humanidad, que su iglesia será arrebatada, 1
Tesalonicenses 4:15-17 y habrá un total abandono de la fe de los que queden en
la tierra, 2 Timoteo 3:13.
Por eso, con
más ahínco hoy debemos predicar el evangelio de la gracia de Dios. La gracia de
Dios por medio de Jesucristo, es el camino para transformar y salvar a la
humanidad. Oración.
«Padre
celestial, me acerco a ti con humildad y gratitud por tu fidelidad y porque
siempre estás conmigo, en estos tiempos donde la fe en ti está casi
desapareciendo, ayúdame a permanecer firme, a presentarme con diligencia como
un obrero de Dios que no tiene de qué avergonzarse y que usa bien tu palabra de
verdad. Ayúdame a predicar a tiempo y fuera de tiempo, en medio de la oscuridad
de este mundo, deseando lo que tu deseas, que todos los hombres sean salvos y
lleguen al conocimiento de tu verdad, 1 Timoteo 2:4. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 9 de octubre de 2023
Tú me hiciste libre
Tú me
hiciste libre
“Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Romanos 8:1
“Porque el
Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”. 2
corintios 3:17
Qué bueno
empezar este día escuchando esta gran noticia: “ya no hay castigo para los que
están unidos a Cristo Jesús”, ya no hay condenación para todos aquellos que
hemos venido a Cristo, hemos aceptado lo que hizo en la cruz por nosotros y
hemos confesado que es nuestro Dios y Salvador. Nuestras cadenas han sido
rotas, ahora ¡somos libres, completamente libres!
La palabra
condenación viene del griego “katákrima” que significa sentencia adversa, es el
veredicto cuando se hace un juicio a alguien. En términos espirituales,
implica: estar preso, confinado, atado a algo, reprimido de la libertad. Ya no
existe esta condición para el que está en Cristo Jesús, porque con su
sacrificio en la cruz, ese castigo que provocó nuestro pecado fue pagado por
Él. Así que hoy escuchemos que “Cristo nos hizo libres”, pagó la deuda de toda
la humanidad. Sabiendo esto entonces: ¿por qué permitimos que el enemigo nos
acuse?, ¿por qué vivimos atados al pasado, recordando nuestra vieja
naturaleza?, Romanos 8:33
No podremos
avanzar si no rompemos las ataduras emocionales y espirituales que siguen
dominando nuestra mente, Jesús dijo en Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os
libertare, seréis verdaderamente libres”. Él dijo de sí mismo: “yo soy el
camino, la verdad y la vida”, Juan 14:6, pero también dijo: “y conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:32; por eso, ¿cuánto hemos conocido
de su verdad para ser verdaderamente libres? Conocer la verdad es conocer a
Cristo, entre más lo conozcamos, más renovaremos nuestro entendimiento; para
ello tenemos que vivir en el Espíritu, esto es en una íntima relación con Él,
en oración y conocimiento de su Palabra. Si su Espíritu mora en nuestro corazón
somos libres, cuando Dios nos ve, ve a Jesús en nosotros.
Ya no hay
limitaciones por medio de su muerte en el calvario, si vivimos en Él somos
libres, aceptemos esta verdad para que su libertad se manifieste en nosotros en
nuestro diario vivir. Empecemos por perdonarnos por nuestros errores del
pasado, dejemos en Jesús la vergüenza y la culpa que sentimos y comencemos a
vivir agradándole en todo, ya no condenemos a los demás por sus pecados,
recordemos que Cristo murió por ellos para hacerlos libres, hablemos de su
Verdad para que puedan serlo. Oración.
«Gracias a
ti Jesús ya no estoy condenado, a pesar de que todavía lucho entre lo que está
bien o está mal, dame la fuerza para luchar con mi vieja naturaleza y vencer.
Gracias por redimirme, por romper todas mis cadenas, gracias por todo lo que
hiciste por mí en la cruz y entender que ya el pecado no me esclaviza, ni estoy
sentenciado a una eternidad separado de ti, me hiciste libre y me diste tu
Espíritu para vivir en libertad. Espíritu Santo ayúdame a tomar decisiones que
honren y reflejen a Cristo en mi vida. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 7 de octubre de 2023
Vuelvo a ti
Vuelvo a ti
“El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas
. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová”. Oseas 1:2
“Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová”. Oseas 2:19-20
“A los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles. Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente”. Romanos 9:24-26
Oseas, es el profeta al que se le ordenó casarse con una prostituta común y tener hijos con ella. Él y su familia se convirtieron en un sermón vivo delante del pueblo de Israel. Gomer su esposa le fue infiel a Oseas y por medio de ese dolor el profeta aprendió del dolor que el Señor sintió por su pueblo infiel, que lo abandonó para seguir a dioses ajenos.
Ese matrimonio sería un escándalo y muchos quizás no entendían el significado de todo eso. Oseas no refuta la orden que recibió, él sólo proclama un mensaje de juicio por los pecados de Israel, que se había prostituido al adorar a otros dioses y dejado al Dios verdadero. La adoración a Baal había traído mucha violencia y sangre sobre la tierra de Israel, porque sacrificaban sus hijos para rendirle culto.
Los eventos históricos de la vida de Oseas se subordinan al propósito de presentar un modelo para la relación existente entre Dios y su pueblo. No debemos utilizar este pasaje para escribir sobre la vida de Oseas o su matrimonio, sino que tenemos que mirar la predicación de Oseas en palabras y acciones, como una exhortación para volver a Dios. Los nombres de sus hijos no describen el estado de su matrimonio, sino el estado del pacto entre Dios e Israel.
El primer hijo se llamó Jezreel, Oseas 1:4, que significa: “Dios siembra”, haciendo alusión a que el Señor sembraría destrucción sobre su pueblo por su infidelidad; el nombre de la segunda hija fue Lo-ruhama, que significa: “no recibe el amor del padre”, porque el Señor dice: “no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo”, Oseas 1:6
El mensaje de Oseas, no era de esperanza, Israel como hijo no se había comportado como tal, se rebeló contra su Padre; El Señor había sido paciente esperando el arrepentimiento y la reconciliación con su pueblo, pero este no respondió a su invitación por lo cual, la nación entera estaba condenada a ser cautiva por la nación de Asiria.
El nacimiento del tercer hijo de Oseas fue la ocasión de proclamar la palabra más dura para su pueblo, se llamó Loammí, que significa. “no pueblo mío”, con el que declara: “porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios”. Oseas 1:9, Israel tendría un desastroso futuro sin el cuidado de Dios, por haber roto el pacto con Él.
Pero el amor incondicional de Dios va más allá que la proclamación de juicio, Oseas empieza a dar esperanza, cuando entiende que Dios iniciará el cumplimiento de sus promesas a los patriarcas después del juicio, Génesis 32:12.
¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida? Realmente el mundo está separado de Dios y se ha prostituido con muchos dioses; y aunque se ha proclamado un juicio futuro sobre las naciones de la tierra, el amor de Dios se ha manifestado a este mundo enviando a su Unigénito Hijo, para dar esperanza a todo aquel que en Él cree, con esto está invitando a todas las personas a reconciliarse con Él en arrepentimiento.
Como Padre, Dios tiene la capacidad soberana para transformar completamente la identidad de sus hijos. En esta visión del futuro escatológico de Oseas, Jezreel será un nombre de bendición, Lo-ruhama cambiará a ser Rujama que quiere decir “recibe el amor del padre”, y Loammí será Ammí que significa “pueblo mío”; Dios no solo cumplirá todas las promesas para su pueblo Israel, atrayéndolo nuevamente a su regazo, sino que para nosotros su iglesia por la fe en Jesucristo, ya se cumplió la promesa de ser hijos del Dios viviente, Romanos 9:24-26.
Ahora tenemos que ser parábolas vivas de fidelidad a Dios, mostrando el amor inquebrantable de Dios a otros a través de nuestras vidas y atrayéndolos hacia Él Oración.
«Señor, anhelas una relación amorosa conmigo, como la relación entre los esposos, ansías que te conozca y viva en fidelidad contigo, gracias porque por la muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, esto fue posible, ahora puedo volver a ti y caminar contigo en una relación de amor, gracias por darme tu fiel amor, por llamarme hijo y porque puedo llamarte Padre. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 6 de octubre de 2023
Jesús nuestra fuente de salvación
Jesús nuestra fuente de salvación
Su cimiento
está en el monte santo. Ama Jehová las puertas de Sion más que todas las
moradas de Jacob. Cosas gloriosas se han dicho de ti, ciudad de Dios. Selah Yo
me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí Filistea
y Tiro, con Etiopía; este nació allá. Y de Sion se dirá: Este y aquél han
nacido en ella, y el Altísimo mismo la establecerá. Jehová contará al inscribir
a los pueblos: este nació allí. Selah. Y cantores y tañedores en ella dirán:
todas mis fuentes están en ti. Salmo 87:1-7
Este hermoso
cantico era sin duda cantado por los peregrinos que llegaban a la ciudad de
Jerusalén de varios lugares. Pero también es un canto profético, porque tiene
una proyección escatológica y mesiánica, señalando el día cuando el Señor
Jesucristo será aceptado como el Rey de todas las naciones, como dice Isaías
2:2-3 “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte
de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los
collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y
dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos
enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la
ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”.
Jerusalén no
sólo es la ciudad de Dios, pues Él la fundamentó como ciudad santa, sino que la
escogió por la misma razón que escogió a Abraham y a Israel: por amor:
Deuteronomio 7:6-8: “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu
Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos
que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha
querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de
todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento
que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha
rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto”.
Por eso este
pasaje habla del futuro glorioso de Jerusalén (Sion), como el centro espiritual
anhelado por todos los pueblos, es el “deseo de todas las naciones”. Por eso
dice en Isaías 2:3 “Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de
Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas”.
Todos los
creyentes seremos en un futuro ciudadanos de la ciudad de Dios, porque seremos
la nueva Jerusalén. Apocalipsis 21:2-3 dice: “Y yo Juan vi la santa ciudad, la
nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa
ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su
pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”.
También se
expresa de Jerusalén: “Y cantores y tañedores en ella dirán: todas mis fuentes
están en ti”, Salmos 87:7, esa imagen de agua desbordante es una imagen de la
vida abundante, que en el Antiguo Testamento se usaba para representar la
presencia de Dios.
Durante la
Fiesta de los Tabernáculos, tenía lugar una alegre celebración en la que los
sacerdotes traían agua simbolizando la que había brotado de la roca en Éxodo
17, y durante la procesión la gente recitaba Isaías 12:3 “Sacaréis con gozo
aguas de las fuentes de la salvación”, el agua era derramada en el templo sobre
el altar como una ofrenda a Dios. Jesús fue el cumplimiento de todo aquello que
esta ceremonia tipificaba, Él es la fuente de nuestra salvación, 1 Corintios 10
:4 “y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca
espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”. Oremos por Jerusalén y demos
toda gloria a Jesús, por ser la única fuente que puede saciar la sed espiritual
de esta sedienta humanidad. Oración.
«Señor
Jesucristo tú eres la fuente de mi salvación, eres el único que puede saciar mi
sed espiritual, gracias por llenarme con la presencia de tu Santo Espíritu y
darme vida abundante, gracias porque tu amada Jerusalén será el centro
espiritual donde todas las naciones vendrán a adorarte y a reconocerte como el
Rey de toda la tierra y estarás con nosotros para siempre. En el nombre de
Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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Dominio propio
“Fue Sansón
a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella. Y fue dicho a los de
Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda aquella noche a la
puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta
la luz de la mañana; entonces lo mataremos. Mas Sansón durmió hasta la medianoche;
y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos
pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre
del monte que está delante de Hebrón”. Jueces 16:1-3
“Porque no
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio”. 2 Timoteo 1:7
Templanza o
dominio propio no es lo mismo que fuerza y evidentemente Sansón no entendió la
diferencia, a tal punto que dotado sobrenaturalmente de un don especial de Dios
y habiendo hecho un voto nazareo de dedicación a Él, nunca permitió que el
Espíritu Santo gobernara su vida, sino que fue dominado por los deseos e
impulsos de su carne; esto impidió que Dios lo usara como quisiera. La vida de
Sansón habría sido diferente y no terminaría como lo hizo; si se hubiera
rendido totalmente al propósito que Dios tenía para él.
Aunque
dotado de una fuerza especial, fue derrotado por su debilidad personal. Eso
pasa con muchos creyentes llenos de dones del Espíritu Santo; quieren ser
usados por Dios, pero al mismo tiempo quieren vivir la vida a su manera, esto
nunca conducirá a un feliz término. Si estamos en Cristo y le hemos entregado
nuestra vida a Él, entonces debemos consagrarnos a Él. Esto implica renunciar a
nuestros deseos carnales y mundanos, dejar de pecar en secreto, quizás
escondidos ante otros, pero sabiendo que nunca estaremos ocultos ante los ojos
de Dios y que debemos rendir cada área de nuestra vida a su entero control.
El Señor no
nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio; pero
al igual que Sansón, si no sometemos toda nuestra vida a Dios, podemos estar
pensando que nuestra área espiritual es aparte de nuestra vida personal y al
fragmentarlas nos ponemos en riesgo de caer en tentación. Se nos fue dada la
templanza por medio del Espíritu Santo para vivir en santidad, pero si
decidimos por nosotros mismos qué es lo que vamos a poner bajo el gobierno de
Dios y qué no, caeremos en la seducción de la tentación y pecaremos
deliberadamente, seremos disciplinados como lo dice Hebreos 10:26-27: “Porque
si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la
verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda
expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios”.
Recordemos
que, al estar en comunión con el Espíritu Santo, Él nos alienta, persuade,
corrige, inspira y capacita para vivir una vida que agrade a Dios;
recordándonos que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, Colosenses
3:3, por eso todas las áreas de nuestra vida son importantes para el Señor. Nuestra
mayor defensa contra la tentación es alimentarnos constantemente de la palabra
de Dios, que nos dará la fortaleza para superar nuestra debilidad y resistir
los ataques del enemigo que quiere vernos derrotados y vencidos por el pecado.
Debemos ser
conscientes de cuál es el área de nuestra vida más vulnerable y evitar toda
situación que nos lleve a ser tentados; esto es aprender a tener dominio
propio, ese fruto del Espíritu Santo que está a nuestro alcance si estamos en
comunión con Él, para poder vivir lejos del pecado. Oración.
«Gracias
amado Señor, por animarme a mantenerme firme, nada me puede hacer frente, ni
intimidar cuando vivo en comunión contigo. El poder del Espíritu Santo puede
ayudarme a vencer la tentación, para no caer en pecado y así continuar haciendo
tu voluntad. Me has dado espíritu de poder, amor y dominio propio, está a mi
disposición porque moras en mí y quieres llevarme a la santidad y a vivir
agradándote en todo, mi Señor. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 5 de octubre de 2023
El adorno de una conducta espiritual
El adorno de
una conducta espiritual
“No
defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la
doctrina de Dios nuestro Salvador”. Tito 2:10
“Vuestro
atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de
vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato
de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”. 1
Pedro 3:3-4
Oh Jehová,
tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi
reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi
lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Salmos 139:1-4
Hoy más que
nunca las personas viven bajo estereotipos dados por el sistema de valores de
este mundo y se hace énfasis en el cuidado del cuerpo de una manera exagerada,
es bueno cuidarnos con una vida saludable; pero, no debemos caer en la obsesión
por la belleza del cuerpo perfecto, hasta caer en la idolatría y en la
superficialidad. A veces la preocupación va dirigida a nuestro aspecto externo
solamente y olvidamos por completo cultivar las actitudes internas que son el
verdadero ornato de una persona. La verdadera belleza comienza por dentro. La
única manera de embellecer el alma es con las virtudes del Espíritu Santo de
Dios, Gálatas 5:22-23.
En el libro
de Tito, el Señor a través del apóstol Pablo nos pide ser fieles en todo, que
nos destaquemos por nuestra fidelidad o lealtad, todo ello para que, en todo
adornemos la doctrina de nuestro Salvador Jesucristo. Es el adorno de una
conducta espiritual que honra a Dios. Y es la predicación callada de una vida
hermoseada por la presencia de Cristo, que influencia a otros.
¿Cómo
podemos adornar nuestra conducta? Con una lengua amable, que hable lo recto con
sabiduría, con un rostro que refleje vida, con un carácter afable y apacible
que ha sido moldeado por el Espíritu Santo, con una vida de pureza basada en el
amor y reverencia ante el Señor; reconociendo que somos el templo del Dios
viviente.
Las
apariencias engañan, podemos ser muy pulcros y hermosos por fuera, pero nuestro
corazón puede estar contaminado de cosas que a Dios no le agradan. Dios no mira
la apariencia externa, Él mira el corazón. Veamos 1 Samuel 16:7 “Y Jehová
respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura,
porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el
hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.
Como muchas
personas hoy, Samuel no tenía otro criterio de evaluación para escoger al rey
de Israel que la apariencia física, pero aquí aprendemos que sólo Dios mira el
corazón, el hombre no puede más que mirar lo que está delante de sus ojos, Dios
mira o ve aun nuestros pensamientos; Dios nos conoce interiormente, Salmos
139:1-4
Nuestro
corazón ya está regenerado y adornado por el Espíritu Santo, embellecidos con
un ornato incorruptible, que no es algo transitorio, ni manchado como todos los
adornos mundanos, sino que es agradable y manso como Cristo, como dice Mateo
11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Jesús era manso en el
afecto y en los sentimientos, pacífico en palabras y acciones; y esto como dice
el versículo de hoy es de gran estima delante de Dios,1 Pedro 3:4
Preocupémonos
más por llegar a ser como Cristo, aunque tome tiempo llegar a serlo; porque
vale la pena la espera; y sepamos que esa perfección se completará el día en
que Cristo regrese y seremos como Él. Como dice: 1 Juan 3: 2 “Amados, ahora
somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos
tal como él es”. Oración.
«Jesús amado,
la vida cristiana es un proceso de ser cada vez más semejante a ti, ese proceso
no será completado hasta que te vea cara a cara, pero saber que mi meta final
es esa, me motiva a santificarme y purificarme cada día más, guardándome de
este mundo, siendo libre de la corrupción del pecado. Ayúdame a permanecer
hasta el final. En Cristo Jesús, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 4 de octubre de 2023
Aprendiendo a amar. Segunda parte
Aprendiendo a amar. Segunda parte
“El amor es
sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda
rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero
las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará” 1
Corintios 13:4-8
¿Queremos
amar como Cristo nos ama? Entonces en este pasaje vamos a encontrar dieciséis
características del amor, que el Señor nos enseñó con su vida aquí en la
tierra. Si tan sólo sustituyéramos la palabra amor por nuestro nombre podríamos
comprender que hay muchas de estas características que todavía faltan por
formarse en nosotros; nuestra meta debería ser que algún día podamos enumerar
la lista completa y que no falte ninguna de ellas. Ojalá pudiéramos mirarnos
dentro de este capítulo de 1 Corintios 13 y evaluar si estamos viviendo así.
El amor es:
1-Sufrido:
es decir nunca se rinde.
2-Benigno:
que muestra buena voluntad, comprensión y simpatía.
3-No tiene
envidia: no codicia lo que no tiene.
4-No es
jactancioso: no se pavonea.
5-No se
envanece: le importa más los demás que él mismo.
6-No hace
nada indebido: no hace lo que es inconveniente, ilegal e injusto.
7-No busca
lo suyo: no es egoísta queriendo ser siempre el primero.
8-No se irrita:
no pierde los estribos.
9-No guarda
rencor: no lleva cuenta de los errores de los demás.
10-No se
goza de la injusticia: no se alegra cuando los otros caen.
11-Se goza
de la verdad.
12-Todo lo
sufre.
13-Todo lo
cree: siempre confía en Dios.
14-Todo lo
espera: tiene esperanza.
15-Todo lo
soporta: siempre busca lo mejor.
16-Nunca
deja de ser: nunca mira hacia atrás persevera hasta el final.
Esta lista
es un verdadero desafío, ¡cuánto nos falta para que nuestro amor sea como el
del Señor!, el don supremo, el camino más excelente, 1 Corintios 12:31.
Necesitamos
desesperadamente de este tipo de amor en nosotros, es el amor que como iglesia
debemos reflejar al mundo, debe ser nuestro estilo de vida cristiana, porque
aquí todo es temporal y se acaba, pero el amor trasciende y permanece. Como
dice 1 Corintios 13:13 “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos
tres; pero el mayor de ellos es el amor”.
El objetivo
de la fe se cumplirá, así que ya no habrá necesidad de la fe. La esperanza se
convertirá en realidad; por tanto, no quedará nada por lo cual tener esperanza,
pero el amor es eterno, es permanente. El amor de Dios es esa clase de amor; su
amor se proyecta más allá de los límites del tiempo y del espacio y se funde en
un abrazo con la eternidad. Cristo nunca ha dejado de amarnos. No hay nada que
podamos hacer para que Él deje de hacerlo, nos amará por la eternidad.
Un día, las
profecías se acabarán, es decir, se cumplirán, se convertirán en historia, ya
no serán más profecías. Las lenguas cesarán. El conocimiento desaparecerá. La
ciencia se acabará y vendrá el conocimiento completo de Dios, porque nuestro
conocimiento ahora es incompleto, e incompleta nuestra profecía, pero llegarán
a su fin cuando venga lo que es perfecto.
Concluyamos
leyendo 1 Corintios 13:9-12 que dice: «En parte conocemos y en parte
profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se
acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba
como niño; pero cuando ya fui hombre, dejé las cosas de niño. Ahora vemos como
por un espejo, veladamente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en
parte, de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido». Oración.
«Gracias
Señor por amarme siempre, hasta entregar tu vida por mí, tu amor sacrificial me
mostró el más excelente camino, el del amor; ayúdame a cultivar esas dieciséis
características de tu amor verdadero, para poder reflejarlo al mundo. Como
iglesia queremos este amor que marque la diferencia y que otros vean que somos
tus discípulos, en el nombre de Jesús, amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 3 de octubre de 2023
Aprendiendo a amar. Primera parte
Aprendiendo
a amar. Primera parte
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améi
s unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. Juan 13:34-35
“Pero yo os
digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a
los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que
seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si
amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo
los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de
más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:44-48
¿Aprendiste
a amar? Esta pregunta nos puede parecer inusual, cuando nos hemos dedicado a
servir a Dios y a los demás por mucho tiempo y creemos que hemos hecho lo
suficiente. Pero amar como Jesús amó es algo de aprender cada día, en especial
cuando tenemos que hacerlo con las personas que nos rechazan, desprecian y nos
persiguen, como dice Mateo 5:44-48.
¿Qué
recompensa hay en amar sólo a los que nos aman? Ninguna. Si solo amamos a
nuestros amigos, ¿Qué nos diferencia de cualquier otro?, hasta los paganos hacen
lo mismo. El Señor nos dice que debemos amar a aquellos que son difíciles, que
nos fastidian o que no son de nuestra simpatía; Así amaba Jesús.
En la última
cena con sus discípulos Jesús les habla de un nuevo mandamiento: “que os améis
los unos a los otros”; es nuevo porque propone una nueva norma, el amor de Él,
un amor incondicional y desinteresado que debemos tener unos con otros, y debe
ser el testimonio ante el mundo que nos rodea, porque muestra que
verdaderamente somos discípulos de Cristo, ésta es la prueba del discipulado.
El amor no
es solo un sentimiento, es una decisión y compromiso de comportarnos
amorosamente los unos hacia los otros, y ser testimonio al mundo con el mismo
Espíritu de Cristo, un amor sacrificial, constante, espontáneo y compasivo,
Mateo 25:37-40.
Colosenses
3:13 nos dice: “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si
alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros”. Cuando entendamos la manera como Jesús nos ha amado,
cuánto nos ha soportado, cuanto nos ha sostenido en medio del caos que armamos,
entenderemos entonces, como debemos amar a otros; nos invita a ser amables, a
ser de buen corazón y a perdonar toda ofensa que hemos recibido.
Pablo nos da
una estrategia en Colosenses 3:15-17: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed
agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y
exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros
corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que
hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre por medio de él”, para que aprendamos a vivir para
Dios en el día a día: imitando el espíritu perdonador de Cristo, permitiendo
que su amor nos guíe, dejando que su paz sea la que gobierne nuestros
corazones, siendo agradecidos por todo, si tenemos esta actitud vamos a ser más
compasivos y misericordiosos con los demás.
La clave
para perdonar es recordar cómo lo hizo Jesús con nosotros en la cruz. Es
experimentar su amor infinito que puede ayudarnos a amar y a perdonar a los
demás. Por eso el Señor nos manda a vestirnos de amor, que es el vínculo
perfecto, este es el eje para todo lo demás, porque nos llevará a hacer todas
las cosas por amor, glorificando el nombre de Jesucristo. Colosenses 3:14.
Para amar a
otros como Cristo nos amó nos basamos en el amor sacrificial de Cristo por
nosotros. Si nuestro amor es semejante al suyo será la demostración de que
somos sus discípulos. Pidamos a Dios que su Espíritu de amor inunde nuestras
vidas para amar a otros como Él lo hace.
Oración.
«Señor
quiero que mi vida esté inspirada por tu amor; quiero escoger amar como lo
hiciste conmigo; lléname del fruto de tu Espíritu para ver tu amor en acción a
través de mi vida, guíame a aquellos que me rodean, para ser apoyo, para ayudar
a restaurarlos, para remover su dolor; que pueda darles tus palabras que sanen
sus corazones heridos, amándolos de verdad. En Cristo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 2 de octubre de 2023
Ciencia a los entendidos
Ciencia a
los entendidos
“Él muda los
tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios,
y la ciencia a los entendidos.” Daniel 2:21
Vivimos en
un mundo que avanza en ciencia y tecnología, descubrimientos en todas las
ciencias y conocimientos recopilados tanto en libros como en sistemas
digitales. Sin embargo, el ser humano cada día está más confundido, lleno de
información que declara muchas cosas como verdades, pero sin evidencia.
Necesitamos,
por tanto, ser guiados, adquirir conocimiento verdadero y discernimiento, no
sólo para tomar buenas decisiones, sino para aplicar el conocimiento en el
contexto correcto, en el momento indicado y con los efectos esperados, y esto
solo lo podemos hacer cuando Cristo, que es el poder y la sabiduría de Dios
manifiesto, está o habita en nosotros, como declara la Escritura “pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y
para los gentiles locura; más para los llamados, así judíos como griegos,
Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.” (1 Corintios 1:23-24).
Ahora, ¿Cómo
aplicamos este conocimiento y verdad radical de Cristo como poder y sabiduría
de Dios en nosotros?
Lo aplicamos
teniendo la confianza de que en cada situación, laboral, familiar, en nuestras
relaciones o en cualquier problema que tengamos, el Señor está presente para
ayudarnos, para darnos claridad o para quitar toda confusión. Es su voluntad
que experimentemos cómo nos da entendimiento y ciencia en toda circunstancia,
porque es la oportunidad perfecta para darle la gloria y la honra, y para poner
en práctica lo que aprendemos en la Escritura, ya que como dice 2 Timoteo
3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Así que
debemos reconocer y experimentar en cada situación que Dios alumbra la ciencia
y de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia (Proverbios 2:6). Su
Palabra y su Espíritu impactan y transforman nuestra vida espiritual, pero
también nos proveen sabiduría y dirección en nuestro trabajo, estudio, labores
y demás actividades. Oración.
«Rey de la Creación,
Dios eterno, ante ti toda rodilla se doblará y todo ser se postrará; gracias
porque en tu sobreabundante gracia, me has permitido conocerte y reconocerte
como mi Dios y Señor. Hoy, te doy toda gloria y honra, porque sé cuán bueno y
poderoso eres. Señor, Te alabo y te bendigo, y en el nombre de Jesús te pido
que continúes cada vez más alumbrando los ojos de mi entendimiento y dándome
espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento tuyo, para que lo pueda
aplicar en toda situación, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 30 de septiembre de 2023
El Carácter de Cristo
El Carácter de Cristo
“Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas;” Mateo 11:29
La
mansedumbre y la humildad son dos aspectos del carácter de Cristo que debemos
considerar, pues la posibilidad de que reflejemos en nuestra vida los demás
aspectos o virtudes de nuestro Señor, dependen en gran medida de estos dos. Y
el fundamento es el siguiente: Santiago 4:6 “Pero él da mayor gracia. Por esto
dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”
La
mansedumbre y la humildad son virtudes que tienen que ver más con el interior
de una persona que con el exterior, por eso el Señor dice que aprendamos de Él
que es manso y humilde de corazón. Siendo así, debemos mencionar que el corazón
en la Biblia es considerado como el centro de los pensamientos, las intenciones
y las emociones (Mateo 15:18-19). Por consiguiente, la mansedumbre y humildad
de corazón, se resumen en tener pensamientos justos basados en la verdad,
intenciones limpias y puras, y emociones o sentimientos equilibrados. Para que,
perseverando en ello, podamos de manera grata, libre y sincera, reflejar con
nuestras acciones el carácter de Cristo.
Ahora bien,
acabamos de mencionar lo que es ser mansos y humildes, con el propósito de
tener fundamento y así lograr que nuestro carácter, refleje el de nuestro Señor
Jesucristo. Sin embargo, aún falta describir la manera en que esto es posible,
el “cómo” lo podemos lograr, y para ello es necesario que veamos la gracia,
porque como dice el versículo, “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes.”
Pues bien,
la gracia es ese regalo inmerecido que Dios nos da, por la gracia de Dios hemos
sido salvados y perdonados (Efesios 2:5,8), pero también por esa misma gracia,
cada día somos transformados. Y el medio para esto, es el Espíritu Santo, el
cual hemos recibido por gracia, por oír con fe el evangelio de nuestra
salvación (Gálatas 3:2-3). Entonces, es a través del poder y la guía del
Espíritu Santo, que cada día aprendemos la mansedumbre y humildad de nuestro
Señor y Maestro; aprendemos a caminar en comunión con su Espíritu y así hacer
morir las obras de la carne con sus pasiones y deseos, para que finalmente
podamos por las evidencias del fruto de su Espíritu que son: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, manifestar que: nuestro
carácter es el carácter de Cristo (Gálatas 5:22-24). Oración.
«Padre
bueno, que por la gracia con la que he sido salvo y por medio de la cual me
diste tu Espíritu, pueda yo caminar en integridad. Gracias por el amor y
ejemplo de mi Señor y Maestro, anhelo cada día aprender de su mansedumbre y
humildad; ayúdame para que por el poder y la guía de tu Espíritu, pueda yo
manifestar el Carácter de tu amado Hijo, por Jesucristo mi Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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¿Por qué honrar a los Padres?
¿Por qué
honrar a los Padres?
“Hijos,
obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre
y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien,
y seas de larga vida sobre la tierra.”, Efesios 6:1-3
“Respondió
entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo
hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el
Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.”, Juan 5:19
La
obediencia a nuestros Padres tiene un propósito muy importante y particular, y
es enseñarnos a estar sujetos a la autoridad. Aunque suena difícil de cumplir,
el estar sujetos a una autoridad guarda nuestro corazón, ¿De qué manera? Si
somos capaces de someternos a una autoridad puesta por Dios, nuestra vida no
solo es protegida sino bendecida. La obediencia trae recompensa. Y esta
recompensa inicia cuando niños, pues somos protegidos por nuestros padres, y en
la época de adolescencia somos guardados de nuestros impulsos y emociones
desbordadas, cuando nuestros progenitores y autoridades nos corrigen, educan y
colocan límites a nuestras actuaciones.
Esto va
formando nuestro carácter y preparándonos para enfrentar la vida y formar a la
vez una nueva familia. El pecado rompe con este orden provisto por Dios para
nuestro bien y para tener una sociedad sana con familias fuertes. Por esto dice
la Palabra de Dios que es justo que los hijos obedezcan a sus padres, y el
ejemplo más grande de obediencia que podemos tomar para poder hacer lo justo,
es el Señor Jesús, pues Él obedeció a su Padre en todo y vino a este mundo en
total dependencia de la provisión y voluntad de Dios, por eso declaraba que no
hacía nada por sí mismo sino lo que veía hacer al Padre, y también que venía no
a hacer su propia voluntad sino la voluntad de su Padre (Juan 6:38b).
Jesús vino
como cien por ciento hombre y cien por ciento Dios, y en su parte humana
experimentó el sufrimiento, y en identificación con la humanidad tuvo que
aprender obediencia como Hijo del Hombre. Jesús no pecó, pero aun así tuvo
luchas humanas y experimentó la misma tentación que nosotros para darnos
ejemplo, como dice hebreos 5:8: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió
la obediencia;”.
Lo anterior
se relaciona con la misión de servir como el único Sumo Sacerdote en el cielo
para todos los tiempos y todas las personas, que puede compadecerse de nuestras
debilidades (Hebreos 4:15). Jesús, al pasar por el sufrimiento y la tentación,
se convierte en un modelo de obediencia para los hijos y en general para todos
los creyentes; por esta razón estamos llamados a honrar a nuestros Padres,
porque Cristo lo hizo y nos lo dio como regalo, Él fue obediente hasta la
muerte y muerte de cruz para que creyendo en Él seamos hechos hijos obedientes
al ser guiados por el Espíritu de Dios (Filipenses 2:8, Romanos 8:14-16). Oración.
«Padre
Celestial, gracias por la vida de mis padres terrenales, gracias porque, aunque
imperfectos, sé que en tu perfecta voluntad fueron ellos los que Tú escogiste
para mi cuidado, protección y formación. Te pido que, en obediencia
primeramente a ti, me permitas honrarlos y estar bajo su autoridad; igualmente
gracias por tu Hijo Jesucristo, quien es mi mayor modelo de honra y obediencia,
sé que, por Él, hoy yo también puedo obedecer, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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