jueves, 9 de febrero de 2023

Babilonia. Parte 1

 

Babilonia. Parte 1

“Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eu


nucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre estos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. A estos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.” Daniel 1:3-7

Jerusalén fue sitiada por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Muchos del pueblo fueron llevados cautivos al exilio, fuera de la región de sus padres. Pero el rey de Babilonia pidió para su servicio jóvenes de Israel; y para que estuvieran preparados para servirle fielmente, la estrategia requería tres cosas:

1. Cambiarles su idioma y manera de hablar (Daniel 1:4)

2. Cambiar su dieta (Daniel 1:5)

3. Cambiar su identidad (Daniel 1:7)

Con estas 3 cosas, el rey de Babilonia pretendía adueñarse de la mente y el corazón de estos jóvenes y de esta manera esclavizarlos, para poder ponerlos fielmente al servicio de una nación que no conocía ni respetaba a Dios y que además practicaba hechicería y costumbres destructivas.

Babilonia, al día de hoy, está más viva que nunca, pues representa el sistema actual de creencias e ideologías del mundo, con la cual el enemigo, el diablo, quiere atrapar a nuestra generación, ponerla a su servicio, para al final matarlos, destruirlos y robarles su vida.

Esta estrategia se repite hoy en día, se disfraza de bondad, engañando a muchos; por lo que necesitamos revelar, por medio de la Escritura y del Espíritu de Dios, la verdad, para que nuestros jóvenes y aún muchos adultos sean salvados de esta perversa generación (Hechos 2:40, Juan 14:6). En los siguientes devocionales reflexionaremos acerca de cada una de estas estrategias, para estar atentos a no caer en ellas y enseñar a otros la verdad.   Oración.

«Padre, quiero marcar diferencia en este mundo lleno de maldad, quiero ser luz en medio de la oscuridad y llevar tu verdad con amor, no participando en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendiéndolas. En el nombre de Cristo Jesús, amén   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 8 de febrero de 2023

Falsos profetas

 


Falsos profetas

“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, más ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.” Jeremías 23:21-22

El contexto del versículo de hoy habla de un tiempo en el que el Señor le había advertido al pueblo que su desobediencia traería consecuencias y serían llevados a cautiverio por una nación muy poderosa. Sin embargo, en ese tiempo, se levantaron muchos falsos profetas que solo hablaban palabras bonitas y decían lo que le convenía al rey para mantener su poder y para traer una aparente calma. No querían que el pueblo supiera la verdad, querían seguir como si nada pasara y mantener su modo de vida, lleno de pecado y derroche.

Al final, el castigo llegó y estos profetas, por no estar en la presencia de Dios, en intimidad con Él, no pudieron comunicar el mensaje que hubiera podido llevar al pueblo a recapacitar y arrepentirse de su mal camino, para evitar ser llevados al cautiverio.

Cuando, como siervos de Dios, no estamos en su presencia, dejamos de ser sensibles a la voz de su Espíritu y estamos arriesgando ser dirigidos por nuestra carne, entonces empezamos a adoptar las prácticas de los falsos profetas: hablar aquello que endulza el oído del oyente, que no lo confronta ni le dice la verdad; cumpliéndose así lo que advierte la escritura para estos tiempos: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,” (2 Timoteo 4:3).

Así que, estamos llamados a ser verdaderos profetas de Dios, no anunciando lo que venga a nuestra imaginación, sino lo que dice la palabra de Dios en el contexto correcto y con la guía del Espíritu Santo.   Oración.

«Padre, quiero permanecer en ti, gozarme cada día viviendo una vida devocional, encontrándome contigo en la intimidad para tener entendimiento de tu palabra y poderla obedecer. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 7 de febrero de 2023

Quebranta la piedra

 


Quebranta la piedra

“¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” Jeremías 23:29 RVR1960

El versículo de hoy nos invita a reflexionar mediante una comparación o símil. La palabra de Dios es como fuego, pues al escucharla enciende en nuestro interior una llama que es capaz de consumir todo dolor, toda ansiedad, pero también de confrontar en nuestro corazón todo pecado, todo mal pensamiento y de iluminar con su fuego ferviente toda oscuridad que quiera gobernar nuestro interior. Así como el fuego limpia e ilumina, la palabra de Cristo nos revela la verdad y nos muestra el camino que debemos seguir.

Solo su palabra creadora y eterna tiene este efecto, de unir nuestro espíritu con su Santo Espíritu, cuando la combinamos con la oración. Oración + Palabra de Dios = Revelación, fe, esperanza, sabiduría…

El alma y el espíritu del hombre son guiados, confrontados, corregidos e instruidos en justicia, pues es quebrantada toda coraza con el cincel de amor de su palabra viva (2 Timoteo 3:16).

La próxima vez que tomes la Biblia en tus manos, sé consciente de que lo que tienes en tu mano puede transformar tu pensamiento, dar esperanza a tu vida, renovar tus fuerzas, pero sobre todo puede quebrantar todo orgullo que no te permite disfrutar de las bendiciones que Cristo ganó para ti.

Por último, ¿has sido duro como piedra en alguna área de tu vida? Oración.

«Señor, quebranta la piedra de mi corazón, hazme sensible a tu voz, haz que tu palabra llegue hasta el último rincón de mi corazón, quitando toda coraza de amargura y vivificando todo mi ser, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 6 de febrero de 2023

 


Toda gracia. Parte 2

“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra “2 Corintios 9:8

Otro principio que aprendemos de esta porción de la Palabra de Dios, es que para hacer buenas obras necesitamos de la abundante gracia de Dios.

Las buenas obras, que son la puesta en acción del amor de Dios por medio de los creyentes, son dirigidas por el Espíritu Santo en nosotros. No son obra de la voluntad del hombre sino que han sido preparadas de antemano por Dios y necesitamos de su gracia para andar en ellas, “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10), este versículo está en el contexto de la revelación de que somos salvos por gracia por medio de la fe, no por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9), pero estas obras que hacemos han sido dispuestas por Dios para todos los que hemos nacido de nuevo al escuchar el mensaje del evangelio y habiendo creído en Él, hemos sido sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Efesios 1:13).

Ahora, hay un principio para activar esta abundante gracia de Dios, y ocurre cuando compartimos las buenas nuevas de Jesucristo, pues la escritura nos relata este hecho: “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos” (Hechos 4:33). Cuando predicamos a Cristo, cuando damos testimonio de su resurrección, su gracia abundante es dada por Dios para que podamos hacerlo de una manera poderosa y extraordinaria.

Necesitamos de toda gracia de principio a fin. Así que, ¿a quién o a quiénes le vas a compartir el evangelio el día de hoy?   Oración.

«Señor, lléname de tu gracia para anunciar a Cristo con el poder de tu Santo Espíritu, su amor, su obra por mí en la cruz y por todo aquel que escuche y crea en tu evangelio. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 4 de febrero de 2023

Toda gracia. Parte 1

 


Toda gracia. Parte 1

“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra “, 2 Corintios 9:8.

Necesitamos “toda gracia” para vivir la vida cristiana en victoria, no hay otra forma de vivirla, pues la gracia es el estado natural de todo cristiano, es la posición actual de todo aquel que ha recibido a Jesús por medio de la fe. Esto lo podemos estudiar en contexto en el capítulo 6 de Romanos, donde concluye luego de una detallada revelación: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14).

Esto es un asunto clave, el pecado es lo que nos mantiene en oscuridad, pues no permite que disfrutemos de todas las bendiciones y detiene el propósito de Dios en nuestra vida, si la gracia de Dios nos lleva a que el pecado no nos mantenga en esclavitud, debemos mantenernos en ella.

Necesitamos toda gracia hacia nuestros hijos, nuestro cónyuge, en nuestro trabajo, con nuestros compañeros. Toda gracia es necesaria para tener siempre, en todas las cosas, todo lo suficiente y así poder compartir esa abundancia con todos. Estar preparados para toda buena obra, dando abundantemente de lo que recibimos de Dios, es la manera de dar gloria a un Padre generoso que está dispuesto a dotarnos con todo lo necesario para mostrar su amor, provisión, sanidad y vida abundante en medio de la oscuridad del mundo actual (2 Corintios 4:15).

¿En qué áreas de tu vida observas dificultad o deficiencia? Necesitas entonces pedir a Dios ‘toda gracia’.   Oración.

«Padre, ya tengo toda bendición en Cristo Jesús, permíteme experimentar por su Espíritu toda gracia, para llenar toda deficiencia en mi vida y poder hacer las buenas obras que tú has preparado para mí de antemano. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 3 de febrero de 2023

Ve y Salva a tu casa. Parte 2

 


Ve y Salva a tu casa. Parte 2

“Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios”, Hechos 16:32-34.

Este carcelero, probablemente había escuchado acerca de la salvación, cuando Pablo y Silas fueron llevados a la cárcel, pero no había recibido este regalo inmerecido y grandioso. Ante las circunstancias ocurridas, experimentó el poder de Dios pero también su gran amor a través de Pablo que no permitió que se hiciera daño. Entonces fue llevado, por este amor, a hacer la pregunta más importante que existe: ¿qué debo hacer para ser salvo?

¿Acaso al nosotros aceptar a Cristo, nuestra familia es automáticamente también salvada? Lastimosamente no, quisiéramos que fuera así de fácil, pero Dios nos da una promesa, la cual podemos tomar por medio de la fe para hacer lo que hizo Pablo: “Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa” (Hechos 16:32). Dios que es generoso, no solo anuncia la salvación de este hombre sino también la de su familia.

Sí, fueron salvos los familiares del carcelero cuando Pablo y Silas hablaron la Palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa, probablemente también algunos servidores; ocurrió entonces conforme dice la escritura, “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13).

Y también nuestra familia es salvada si les predicamos el evangelio de salvación, si les anunciamos la buena noticia del perdón de pecados en Cristo Jesús, y si ellos al oír, creen en Cristo para luego ser sellados con el Espíritu Santo, como una vez nos pasó a nosotros.

 

Podemos encontrar un detalle, el carcelero no fue en ese momento quien anunció el evangelio, pero llevó a su casa a Pablo y Silas para que hablaran el mensaje a todos.

Muchas veces no somos nosotros directamente, pero podemos llevar a nuestra casa a un hermano en la fe que cuente a nuestra familia acerca de la salvación, sin embargo, siempre será nuestra responsabilidad, pues simplemente será contar a nuestra familia lo que Cristo hizo en nuestro corazón, y mostrar por su Espíritu, con acciones, el amor que ahora está derramado en nosotros.  Oración.

«Padre, dame toda gracia con mi familia para anunciarles la verdad del evangelio con todo amor, demostrando primeramente el cambio que has hecho en mí por medio de la fe en Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 1 de febrero de 2023

Ve y Salva a tu casa. Parte 1

 

Ve y Salva a tu casa. Parte 1


“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”, Hechos 16:31.

Muchos de nosotros, creyentes en Cristo, tenemos familiares que anhelamos que lleguen al conocimiento del hijo de Dios, de Jesucristo, pero ha sido una tarea difícil, casi imposible, debido tal vez a muchas circunstancias. La primera y más obvia es que no le hemos comunicado el mensaje de salvación o no lo hemos hecho de manera clara, tal vez sentimos que conocen demasiado nuestro pasado, que no tenemos la autoridad de predicarles o pensamos que no nos escucharán.

Sea cual sea la razón por la cual no han llegado a los pies de Cristo, debemos saber que en la Palabra de Dios hay una promesa de salvación para nuestra casa, para nuestra familia.

Reflexionemos y aprendamos mediante esta promesa, los principios que Dios nos enseña acerca de cómo puede llegar a nuestra familia ese tan anhelado día de la salvación, conforme está escrito “Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2).

Para entender en profundidad este tema, miremos el contexto de la promesa en la que hoy estamos reflexionando. El contexto está en Hechos 16:16-35, donde nos cuenta que Pablo y Silas fueron encarcelados al ser denunciados por los amos de una muchacha de la que echaron fuera un demonio, un espíritu de adivinación. Sus denunciantes argumentaron que Pablo y Silas alborotaban la ciudad y enseñaban costumbres que para los romanos no eran lícitas recibir ni practicar. El pueblo se puso en contra de estos discípulos, y fueron azotados por mandato de los magistrados. El carcelero, el cual recibió la orden de guardarlos con seguridad, los llevó a lo más profundo de una cárcel, y les aseguró los pies con un cepo.

¿Cuál fue la reacción de Pablo y Silas ante tanta injusticia?, ¿llorar?, ¿lamentarse?, ¿maldecir? ¿enojarse? No. Ellos cantaban himnos a Dios. Es decir, en vez de pensar en su propia situación, pensaron en Cristo, colocaron su mirada en el Santo de los Santos.

De repente sobrevino un gran terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel, se abrieron las puertas y las cadenas se soltaron. El carcelero, pensando que los presos habían huido, se iba a matar, sacó su espada, mas Pablo guiado por el Espíritu (pues todo estaba oscuro), lo detuvo a gran voz para que no lo hiciera, pues todos los presos estaban en el lugar. Y aquí sucedió el milagro más grandioso de la noche, “Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30-31).

Veremos en el devocional de mañana qué debemos hacer nosotros para que esta pregunta y la promesa del versículo de hoy se haga efectiva en nuestra familia.  Oración.

«Señor, quiero aprender y ser guiado por tu Espíritu para que mi familia llegue a la salvación, enséñame tus principios de vida para mostrar a Jesús en mi vida, que en toda circunstancia tú tomes el control y reveles tu gloria. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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