martes, 18 de abril de 2023

Tú tienes las llaves. Segunda parte

 

Tú tienes las llaves. Segunda parte


“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que, si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Mateo 18:18-20

Las llaves del reino se reciben por fe, para recibirlas primero hay que entender y reconocer quién es Jesús. Por eso cuando Pedro entendió repentinamente, que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, por esa declaración de fe revelada por el Padre, Jesús dio a Pedro las llaves del reino, haciéndole entender que iba a edificar su iglesia sobre la fe en Él, que es la Roca inconmovible, Mateo 16:15-17.

Las llaves del reino simbolizan poder y autoridad. Jesús promete la misma autoridad a todos los apóstoles. La autoridad se refiere a la enseñanza, la predicación, la sanidad y liberación; es tener acceso al cielo para atar y desatar en la tierra, es todo lo que necesitamos para que la iglesia cumpla con la misión gloriosa de proclamar el evangelio, para librar a los hombres de la condenación e introducirlos al reino de Dios donde hay vida eterna.

Los creyentes fieles de todos los siglos han utilizado la misma autoridad, las llaves del reino, para introducir millones en el reino de Dios. Si proclamamos fielmente el evangelio, estaremos ratificando lo que ya está determinado en el cielo: que las personas reconozcan sus pecados, los confiesen con arrepentimiento y de corazón y confíen que Jesús murió en la cruz por sus pecados, entonces serán perdonados y tendrán vida eterna.

Estaremos debidamente preparados para emplear correctamente las llaves, cuando andemos en la plenitud del Espíritu, cuando nos acerquemos a Jesús la piedra viva para ser edificados como iglesia, como casa espiritual y sacerdocio santo para glorificar su nombre. 1 Pedro 2:4-5 dice: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.

Podemos disfrutar del maravilloso privilegio de ver a la gente recibir la predicación de la buena noticia del reino y la libertad. Podemos gozarnos al ver personas liberadas, sanadas y salvadas porque nos atrevimos a usar las llaves para abrirles el reino de los cielos. Podemos de ahora en adelante aceptar desafíos con confianza porque estamos participando de autoridad espiritual que nos fue delegada por Jesús.

La iglesia avanza y las puertas del Hades retroceden, esto tiene que ver con pararse en lo que Él ya hizo en la cruz, la sangre ya fue derramada y nos da su autoridad, pero tenemos que accionar sobre lo que Jesús ya hizo por nosotros. Pidamos al Señor que queremos ver más evidencia del reino de los cielos en nuestra vida, en nuestra casa, en nuestra ciudad y en el mundo, por eso debemos congregarnos y orar juntos, para que la presencia de Cristo se manifieste en medio de nosotros con poder. Nuestras palabras son las que dan autoridad, son las que desatan o las que atan. Abramos puertas y veremos vidas cambiadas.    Oración.

«Gracias Señor, bendíceme ahora y aquí, irrumpe en mi vida, en mi casa y en mi iglesia; por el poder de tu Espíritu, comienza a abrir el cielo, rompiendo cadenas, en las mentes y corazones de cada persona de mi familia, de mi entorno, de mis hermanos en la fe. Espíritu Santo empieza a guiarnos a partir de hoy. Colocamos nuestra vida bajo la autoridad de Jesucristo y su gobierno, quita los velos y trae convicción a nuestra vida de quiénes somos en Cristo y toda la autoridad espiritual que nos ha delegado como iglesia y digámosle a Cristo que recibimos las llaves para que venga su reino a esta tierra. En Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.   

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