sábado, 14 de octubre de 2023

Cuando no llega la respuesta

 

Cuando no llega la respuesta


“Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” Nahum 1:7.

“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. Daniel 10:12-13

Nos hemos preguntado muchas veces ¿por qué no llega la respuesta? pensamos que hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance: oramos, ayunamos, nos apropiamos de las promesas que hay en la Palabra, sentimos que nuestra fe es suficiente para mover esa circunstancia; pero pasa el tiempo y vemos que nada sucede, es como si Dios no estuviera escuchando, nos sentimos ignorados, como si algo estuviera pasando con nosotros.

No debemos pensar así, no es que el Señor nos haya olvidado y que algo anda mal con nosotros, sino que debemos entender que el tiempo de Dios nada tiene que ver con el nuestro la mayoría de las veces; que Él siempre tiene el control de toda situación y dará la repuesta en el momento preciso. En estos tiempos con tanta tecnología nos hemos acostumbrado a la inmediatez, tenemos todo a pedir de boca, los problemas quedan solucionados rápidamente con solo presionar un clip en nuestro celular o computador y queremos que Dios actúe de la misma manera. Quisiéramos marcar el teléfono de Dios que está en Jeremías 33:3 que dice: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” y que su respuesta nos llegue como si estuviéramos oprimiendo un botón, pero con Dios no es así.

No queremos estar en angustia y desesperación y es por esto, que muchos se dejan arrastrar por creencias de que simplemente tenemos que declarar lo positivo, diciendo: “yo reclamo las promesas de Dios”, tratando de controlar las situaciones, como si solo tuviéramos que decirle a Él: “está es nuestra voluntad, es lo que queremos, hazlo” y no le preguntamos cuál es su voluntad para nosotros, 1 Juan 5:14.

Hay muchos que se auto condenan porque no pueden producir una respuesta a una oración desesperada. Tenemos que saber que la Palabra de Dios es verdadera, que Él es fiel a sus promesas, que es bueno y perfecto, que sabe lo que hace y que quizás nosotros flaqueamos en nuestra fe, cuando nos toca esperar en su tiempo; el Señor sólo anhela que confiemos, a pesar de lo que estemos afrontando y que no debemos olvidar lo que dice la canción: “aunque no pueda ver sé que estás obrando”, por eso, solo confiemos y pidamos aceptar su voluntad.

Aprendamos de Daniel que fue perseverante en la oración y que la respuesta a su petición no llegó al momento, tuvo que esperar mientras se libraba una batalla espiritual porque el enemigo estaba estorbando la respuesta, se estaba oponiendo a los propósitos de Dios. Hermanos, nuestras oraciones tendrán contestación de una manera u otra, la cuestión aquí es que no siempre coinciden precisamente con la voluntad de Dios y no siempre nos gusta lo que Él nos contesta. Debemos permitir que Dios cambie nuestros deseos y los alinee con su propósito eterno, así entenderemos que el tiempo de Dios es perfecto para responder nuestras peticiones y que siempre nos dará lo mejor.   Oración.

«Gracias Señor porque siempre me escuchas y porque oyes a todos los que confían en ti, ayúdame a esperar el tiempo de la respuesta a mis oraciones, porque solo tú sabes qué batallas se libran en el mundo espiritual para cumplir tu propósito no solo en mi vida, sino en los que me rodean, enséñame a aceptar tú voluntad, buena agradable y perfecta. En Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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