sábado, 7 de octubre de 2023

Vuelvo a ti

 Vuelvo a ti

“El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas


. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová”. Oseas 1:2

“Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová”. Oseas 2:19-20

“A los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles. Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente”. Romanos 9:24-26

Oseas, es el profeta al que se le ordenó casarse con una prostituta común y tener hijos con ella. Él y su familia se convirtieron en un sermón vivo delante del pueblo de Israel. Gomer su esposa le fue infiel a Oseas y por medio de ese dolor el profeta aprendió del dolor que el Señor sintió por su pueblo infiel, que lo abandonó para seguir a dioses ajenos.

Ese matrimonio sería un escándalo y muchos quizás no entendían el significado de todo eso. Oseas no refuta la orden que recibió, él sólo proclama un mensaje de juicio por los pecados de Israel, que se había prostituido al adorar a otros dioses y dejado al Dios verdadero. La adoración a Baal había traído mucha violencia y sangre sobre la tierra de Israel, porque sacrificaban sus hijos para rendirle culto.

Los eventos históricos de la vida de Oseas se subordinan al propósito de presentar un modelo para la relación existente entre Dios y su pueblo. No debemos utilizar este pasaje para escribir sobre la vida de Oseas o su matrimonio, sino que tenemos que mirar la predicación de Oseas en palabras y acciones, como una exhortación para volver a Dios. Los nombres de sus hijos no describen el estado de su matrimonio, sino el estado del pacto entre Dios e Israel.

El primer hijo se llamó Jezreel, Oseas 1:4, que significa: “Dios siembra”, haciendo alusión a que el Señor sembraría destrucción sobre su pueblo por su infidelidad; el nombre de la segunda hija fue Lo-ruhama, que significa: “no recibe el amor del padre”, porque el Señor dice: “no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo”, Oseas 1:6

El mensaje de Oseas, no era de esperanza, Israel como hijo no se había comportado como tal, se rebeló contra su Padre; El Señor había sido paciente esperando el arrepentimiento y la reconciliación con su pueblo, pero este no respondió a su invitación por lo cual, la nación entera estaba condenada a ser cautiva por la nación de Asiria.

El nacimiento del tercer hijo de Oseas fue la ocasión de proclamar la palabra más dura para su pueblo, se llamó Loammí, que significa. “no pueblo mío”, con el que declara: “porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios”. Oseas 1:9, Israel tendría un desastroso futuro sin el cuidado de Dios, por haber roto el pacto con Él.

Pero el amor incondicional de Dios va más allá que la proclamación de juicio, Oseas empieza a dar esperanza, cuando entiende que Dios iniciará el cumplimiento de sus promesas a los patriarcas después del juicio, Génesis 32:12.

¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida? Realmente el mundo está separado de Dios y se ha prostituido con muchos dioses; y aunque se ha proclamado un juicio futuro sobre las naciones de la tierra, el amor de Dios se ha manifestado a este mundo enviando a su Unigénito Hijo, para dar esperanza a todo aquel que en Él cree, con esto está invitando a todas las personas a reconciliarse con Él en arrepentimiento.

Como Padre, Dios tiene la capacidad soberana para transformar completamente la identidad de sus hijos. En esta visión del futuro escatológico de Oseas, Jezreel será un nombre de bendición, Lo-ruhama cambiará a ser Rujama que quiere decir “recibe el amor del padre”, y Loammí será Ammí que significa “pueblo mío”; Dios no solo cumplirá todas las promesas para su pueblo Israel, atrayéndolo nuevamente a su regazo, sino que para nosotros su iglesia por la fe en Jesucristo, ya se cumplió la promesa de ser hijos del Dios viviente, Romanos 9:24-26.

Ahora tenemos que ser parábolas vivas de fidelidad a Dios, mostrando el amor inquebrantable de Dios a otros a través de nuestras vidas y atrayéndolos hacia Él    Oración.

«Señor, anhelas una relación amorosa conmigo, como la relación entre los esposos, ansías que te conozca y viva en fidelidad contigo, gracias porque por la muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, esto fue posible, ahora puedo volver a ti y caminar contigo en una relación de amor, gracias por darme tu fiel amor, por llamarme hijo y porque puedo llamarte Padre. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                       


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