viernes, 6 de octubre de 2023

 

Dominio propio


“Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella. Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo mataremos. Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón”. Jueces 16:1-3

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. 2 Timoteo 1:7

Templanza o dominio propio no es lo mismo que fuerza y evidentemente Sansón no entendió la diferencia, a tal punto que dotado sobrenaturalmente de un don especial de Dios y habiendo hecho un voto nazareo de dedicación a Él, nunca permitió que el Espíritu Santo gobernara su vida, sino que fue dominado por los deseos e impulsos de su carne; esto impidió que Dios lo usara como quisiera. La vida de Sansón habría sido diferente y no terminaría como lo hizo; si se hubiera rendido totalmente al propósito que Dios tenía para él.

Aunque dotado de una fuerza especial, fue derrotado por su debilidad personal. Eso pasa con muchos creyentes llenos de dones del Espíritu Santo; quieren ser usados por Dios, pero al mismo tiempo quieren vivir la vida a su manera, esto nunca conducirá a un feliz término. Si estamos en Cristo y le hemos entregado nuestra vida a Él, entonces debemos consagrarnos a Él. Esto implica renunciar a nuestros deseos carnales y mundanos, dejar de pecar en secreto, quizás escondidos ante otros, pero sabiendo que nunca estaremos ocultos ante los ojos de Dios y que debemos rendir cada área de nuestra vida a su entero control.

El Señor no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio; pero al igual que Sansón, si no sometemos toda nuestra vida a Dios, podemos estar pensando que nuestra área espiritual es aparte de nuestra vida personal y al fragmentarlas nos ponemos en riesgo de caer en tentación. Se nos fue dada la templanza por medio del Espíritu Santo para vivir en santidad, pero si decidimos por nosotros mismos qué es lo que vamos a poner bajo el gobierno de Dios y qué no, caeremos en la seducción de la tentación y pecaremos deliberadamente, seremos disciplinados como lo dice Hebreos 10:26-27: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”.

Recordemos que, al estar en comunión con el Espíritu Santo, Él nos alienta, persuade, corrige, inspira y capacita para vivir una vida que agrade a Dios; recordándonos que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, Colosenses 3:3, por eso todas las áreas de nuestra vida son importantes para el Señor. Nuestra mayor defensa contra la tentación es alimentarnos constantemente de la palabra de Dios, que nos dará la fortaleza para superar nuestra debilidad y resistir los ataques del enemigo que quiere vernos derrotados y vencidos por el pecado.

Debemos ser conscientes de cuál es el área de nuestra vida más vulnerable y evitar toda situación que nos lleve a ser tentados; esto es aprender a tener dominio propio, ese fruto del Espíritu Santo que está a nuestro alcance si estamos en comunión con Él, para poder vivir lejos del pecado.   Oración.

«Gracias amado Señor, por animarme a mantenerme firme, nada me puede hacer frente, ni intimidar cuando vivo en comunión contigo. El poder del Espíritu Santo puede ayudarme a vencer la tentación, para no caer en pecado y así continuar haciendo tu voluntad. Me has dado espíritu de poder, amor y dominio propio, está a mi disposición porque moras en mí y quieres llevarme a la santidad y a vivir agradándote en todo, mi Señor. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito                                                                                       

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